'Casablanca' cumple 80 años: cinco razones para convencer a tu hijo de que vea el mayor clásico de Hollywood

'As time goes by". Parece mentira, pero ya han pasado 80 años desde que Humphrey Bogart e Ingrid Bergman se juraran que siempre les quedaría París. 'Casablanca', el clásico de los clásicos, la película más mítica del viejo Hollywood cumple ocho décadas en las que sus frases memorables, su aura trágicamente romántica y su legendario final han ido tocando la fibra de varias generaciones. ¿Pero lo sigue haciendo a día de hoy?

Un estudio de hace unos años citado por el 'New York Post' revelaba que solo un 28 por ciento de millennials han visto 'Casablanca'. El 30 por ciento admitía no haber visto nunca una película en blanco y negro. El desinterés de las nuevas generaciones por el cine clásico parece evidente, pero si te duele pensar que tu hijo se puede perder algo tan imperecedero, mágico y eterno como el filme de Michael Curtiz, aquí van unas cuantas razones que puedes esgrimir para convencerle.

Un antídoto contra el aburrimiento

Muchos jóvenes tienen la idea de que cualquier película anterior a la fecha en la que nacieron está obsoleta y solo puede ser aburrida. Pero 'Casablanca' es la excusa perfecta para introducir el gusanillo de lo clásico en cualquier escéptico. Es cine puro en su más artificiosa esencia. Sus diálogos, sus planos, su fotografía, su ambientación y sus decorados de cartón piedra desprenden una fuerza dramática que resiste perfectamente al paso del tiempo. Y a poco que se entre en los códigos narrativos de la época es imposible aburrirse. Sus casi dos horas pasan en un suspiro.

La pareja más magnética del celuloide

¿Quieres mostrarle a tu hijo qué es de verdad tener química en una pantalla de cine? Bogart y Bergman la comparten en todas y cada una de sus escenas. Lo que se dicen con palabras y miradas, el magnetismo que desprenden, ha sido mil veces imitado y nunca superado, y eso a pesar de que apenas tenían relación detrás de las cámaras y de que estaban convencidos de que la película iba a ser un absoluto fracaso que enterraría sus carreras para siempre. La suya es la historia de amor imposible en tiempos revueltos quintaesencial, y eso traspasa cualquier barrera generacional.

La mayor acumulación de frases célebres de la historia del cine

Aunque solo sea por cultura general, por su trascendencia histórica, por la cantidad de frases y escenas de la película que han sido referenciadas y homenajeadas en multitud de productos posteriores, cualquier joven con inquietudes debería asomarse al menos una vez a 'Casablanca'. Además, es inagotable. Cada vez que la vuelves a ver descubres algo nuevo, un detalle, una mirada o un nuevo sentido de una frase. Curiosamente, la más célebre de todas, "Tócala otra vez, Sam", nunca es pronunciada tal cual en la película, ni en la original ni en la doblada. La frase se hizo famosa gracias a la película de 1972 ‘Sueños de un seductor’, con Woody Allen.

Mitología pura

Como con todo, en cine también hay que educarse. No se puede presumir de ser cinéfilo e ignorar los mitos básicos del celuloide. Y si Bogart es uno de los mayores iconos de Hollywood, a la altura de Marilyn Monroe, es sobre todo gracias a la inconfundible figura de Rick Blaine. Su sombrero, su cigarrillo, su característica voz, su gélida mirada y su cinismo desencantando lucen aquí en todo su esplendor. Y Bergman se convertiría a partir de su Isla Lund en la gran actriz de la década de los 40, adorada tanto por el público como por la crítica.

Pero los secundarios de 'Casablanca' no se quedan a la zaga. Claude Reins como el corrupto pero leal prefecto de policía Louis Renault, Paul Henreid como el héroe Viktor Laszlo, Conrad Veidt, Peter Lorre y Dooley Wilson, el pianista más famoso de la historia del cine sin saber tocarlo, también bordaron sus papeles.

Una canción para la eternidad

Gran parte de la leyenda de 'Casablanca' descansa en la melancólica melodía de "As time goes by", tema que curiosamente no fue compuesto originalmente para la película. En realidad Herman Hupfeld la creó diez años antes para una comedia musical de Broadway llamada 'Everybody’s Welcome' , interpretada por Frances Williams. El compositor se negaba a incorporar la canción a la película por creer que era una melodía simple y vulgar. Pero uno de los productores se enamoró de la canción y no paró hasta que consiguió el permiso del autor.