Humor ante todo: si vas a perder un premio, mejor hazlo como Bill Murray y David Fincher

  • Chupitos, camisa hawaiana y cóctel: el actor y el director han regalado los momentos más divertidos de una gala insípida a través de Zoom

Saber perder también es un arte. Un músculo que se entrena después de años de trayectoria en galas de premios. La pandemia ha hecho que la última entrega de los Globos de Oro se parezca un poco a esas reuniones de trabajo vía Zoom que nos causan fatiga, pero también ha conseguido reinventar el papel más difícil que los actores y directores premiados tienen que hacer cuando están nominados a un premio y no lo ganan: mantener el tipo, aguantar la cara, que, si es escuece, no se note.

El ejemplo perfecto lo han dejado dos peculiares y muy premiados veteranos: Bill Murray y David Fincher, cuyas reacciones tras perder respectivamente el Globo de Oro a Mejor Actor por 'On the rocks' y las seis nominaciones que tenía 'Mank' se han viralizado en internet.

Murray con una camisa hawaiana ochentera desde la terraza de su casa y bebiéndose un cóctel en lo que la publicación estadounidente Variety, especialidad en cultura y entretenimiento, ha rebautizado como un dresscode en sí mismo: el 'Bill Murray'. Una aparición muy en la línea del su personaje mediático, que protagoniza una de las más fantásticas leyenda 'hollywoodienses': roba patatas fritas a desconocidos y les susurra 'nadie te creerá'.

Fincher, director de 'El club de la lucha', que se llevó un Globo e Oro en 2010 por 'La red social' y se tiene ganada la fama de tipo duro en el set de rodaje, ha visto cómo la cineasta Chloé Zhao le arrebataba los dos premios a Mejor Dirección y Mejor Película Dramática por 'Nomadland', película que protagoniza y coproduce la reivindicativa Frances McDormand y que se posiciona favorita para los Oscar.

¿Su reacción? La más apetecible cuando las noticias no son buenas: agarrar con fuerza el vaso de chupito y 'que sea lo que Dios quiera'. Jasta seis se tuvo que tomar el cineasta frente a la cámara de su portátil y ante la atenta mirada del mundo entero. La buena noticia: no se le atragantó ninguno.