Cómo cuidar la voz y evitar posibles nódulos

Perder la voz, aunque sea temporalmente, es una de las situaciones más estresantes que se pueden vivir, vivas de ella como cantante, locutor, profesor, como no. Muchas veces nos exponemos a multitud de situaciones en nuestro día a día que pueden hacer que nos quedemos sin ella y, a partir de ahí, que se generen nódulos que producen secuelas muy graves. Uno de los casos más conocidos es el de la mítica, Julie Andrews.

A sus 62 años, en pleno musical de 'Victor o Victoria' en Broadway, le dieron la peor de las noticias. No podría cantar más. El ritmo frenético le pasó una terrible factura: "Caí en una depresión, sentí que había perdido mi identidad. Cantar ha sido un don precioso y mi incapacidad para hacerlo supuso un golpe devastador". Estrés, depresión, son algunas de las secuelas que producen esta dolencia. 20 años después, la intérprete de 'Mary Poppins', acabó superando su trauma y reconduciendo su vida. Carlos Campaña y Esther Justel, vocal coaches de Vokalo, nos explican cómo tratarlos y cómo evitarlos.

¿Qué son los nódulos y por qué se originan?

Los nódulos se asemejan a unas callosidades, como unos pequeños bultos duros y, normalmente, aparece uno en cada cuerda vocal, aunque a veces puede aparecer solo uno en una.

La causa más común es el abuso vocal: gritar mucho, cantar con una técnica incorrecta, hablar muy fuerte, utilizar la voz cuando no está en buen estado (como con una laringitis, por ejemplo), etc. Resumiendo, cualquier uso de la voz que implique una vibración muy agresiva de las cuerdas vocales.

Por otro lado, si se tiene algún problema estructural congénito, este puede hacer que la persona fuerce la voz sin poder hacer mucho para evitarlo, ya que el instrumento no está en buenas condiciones. Por ejemplo, puede tener menos movilidad en una cuerda vocal y eso le obligaría a hacer más fuerza para compensar esa carencia, lo cual le llevaría a usar inadecuadamente la voz.

En qué medida afectan a la voz.

Los nódulos afectan a la voz de forma diferente dependiendo de en qué estado se encuentren, aunque la idea de base es siempre la misma: no permiten que las cuerdas vocales se junten apropiadamente y eso no les permite vibrar correctamente.

Generalmente, cuando aparecen los nódulos suelen ser pequeños. A estos se les llama nódulos blandos. En este estado a veces no se puede apreciar mucho en el sonido de la voz, pero sí en su comportamiento, y la persona puede sentir dificultades para usar su voz. Los primeros síntomas que se pueden escuchar son que las notas agudas se vuelven inestables, y pueden llegar a desaparecer.

Cuando los nódulos adquieren cierto tamaño, se les llama nódulos duros. En este estado se puede escuchar una voz disfónica e inestable. La persona es incapaz de hablar sin que aparezcan varios gallos involuntarios. La sensación es de que hay que hacer mucho esfuerzo para hablar, por el esfuerzo extra que hay que hacer para conseguir que las cuerdas vocales se mantengan juntas. Esto también provoca que se utilice mucha más presión de aire de lo normal, lo cual también fatiga bastante.

¿Pueden incapacitar si tu herramienta de trabajo es la voz? (cantante, actor...).

Totalmente. Cuando están en la fase de nódulos blandos se suele poder salvar la situación, pero la persona siente que hay algo que no está funcionando. Cuesta mucho más hacer lo que antes era más fácil y con menos esfuerzo. Si se le sigue exigiendo cierto rendimiento a la voz en este estado, invariablemente la situación irá empeorando, y los nódulos se irán acercando a la fase de “nódulos duros”.

¿Se pueden eliminar los nódulos de manera "natural" o es necesaria alguna intervención quirúrgica?

Para ambas preguntas, la respuesta es un “sí”. Cuando los nódulos son blandos, en la mayoría de los casos se pueden eliminar con reposo y terapia vocal. Poco a poco hay que ir reeducando al sistema nervioso a utilizar comportamientos vocales más sanos. En esta fase, las sesiones de terapia deben ser frecuentes y poco extensas. Hay que tener cuidado de no fatigar la voz. Poco a poco el cuerpo debería ir reabsorbiendo las callosidades hasta desaparecer.

Si los nódulos son duros, lo más probable es que se requiera una intervención quirúrgica para extraerlos. El tejido está tan endurecido que una reeducación vocal no es suficiente para que desaparezcan, aunque tanto antes como después de la intervención sí será necesario hacer una serie de ejercicios específicos para mejorar el pronóstico y evitar que vuelvan a aparecer. En cualquiera de los dos casos, hay que visitar a un otorrinolaringólogo para que valore cuál es el mejor camino a seguir.

¿Cómo vocal coaches, qué consejos y/o ejercicios les recomendáis a vuestros alumnos que puedan tener nódulos o visos de poder tenerlos?

Cuando hay cualquier atisbo de duda, lo primero que hay que hacer es visitar al otorrinolaringólogo para hacer una exploración de la laringe y de las cuerdas vocales. Si el doctor o doctora dice que todo está bien, el trabajo que hay que realizar no es diferente al de cualquier otra persona, puesto que el objetivo que siempre tenemos presente es el de utilizar la voz de forma eficiente, sin forzarla. Es la mejor manera de evitar los nódulos y otro tipo de lesiones.

¿Consiguen cantar bien?

Sí, no debería haber ningún problema. Podemos poner por ejemplo a dos chicas que trabajan con nosotros que hacen giras por Europa y que han tenido nódulos, tanto blandos como duros.

Llevamos ya unos cuantos años trabajando con ellas, por lo que han podido desarrollar una buena técnica vocal, y ahora pueden completar sus giras sin problema. Si alguna vez tienen alguna dificultad durante alguna, las vemos a través de videollamada, ajustamos lo que tengamos que reajustar y vuelven al rodeo.

Pero no solo los profesionales sufren este tipo de problemas. Tenemos a un señor que cada semana canta kirtans (música con origen en la India) desde hace muchos años. Cuando le conocimos le diagnosticaron nódulos blandos, pero con un reposo inicial de unas dos semanas y con trabajo vocal, los nódulos desaparecieron. Dos años después, está cantando canciones que antes le eran imposibles y cada semana recibe felicitaciones de los asistentes.

Consejos preventivos para evitar que salgan.

El primer consejo es hacer caso a las molestias que se puedan tener en la voz. Los nódulos no aparecen de la noche a la mañana, y hay eventos que preceden a esa aparición.

Fatiga vocal, pérdida de presencia en la voz o incluso dolor. Si se va al otorrinolaringólogo para hacer una exploración, seguramente no se encuentren nódulos, pero sí se podrá apreciar que las cuerdas vocales están irritadas o inflamadas. Son las primeras señales.

El segundo consejo es investigar si hay alguna causa médica para esas molestias como, por ejemplo, el reflujo estomacal. Si los ácidos del estómago llegan a tocar las cuerdas vocales, pueden dañarlas seriamente. Eso hará que forcemos la voz y que, con el tiempo, aparezcan lesiones como los nódulos.

El tercer consejo es trabajar con un vocal coach con conocimientos y experiencia que sepa cómo entrenar voces de una forma que evite estos problemas. La buena noticia es que la mayoría de las veces, las lesiones vocales son causadas por un mal uso de la voz que se puede corregir y no por algo más difícil de solucionar. El proceso no es especialmente rápido, pero sus efectos nos acompañarán toda la vida.

Cualquier cuestión o dato que queráis añadir.

Perder la voz, aunque sea temporalmente, es una de las situaciones más estresantes que se pueden vivir. A veces damos por hecho que la voz está ahí y que no es tan importante, pero hemos visto de primera mano lo que puede afectar perderla, ni que sea por un par de semanas. Y al margen de esto, una disfunción vocal a veces puede indicar un problema de salud más grave de fondo. Por eso animamos a todas las personas que nos estén leyendo ahora a no ignorar las señales que nuestro cuerpo nos envía para avisarnos de cualquier problema vocal.