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Fue una de las grandes estrellas de los 90. Primero por su mítico papel de Kelly Kapowski en ‘Salvados por la campana’, y luego por interpretar a Valerie Malone en ‘Sensación de vivir’. Tiffani Thiessen se convirtió así en el amor platónico de muchos jóvenes que quedaron prendados cuando la vieron por primera vez en su televisión. Y así durante esa década en la que su personaje fue creado bajo el concepto de novia de américa, hoy ya desfasado, del que la actriz lleva años intentando desligarse.
Kelly Kapowski era el prototipo de protagonista de serie adolescente americana. La capitana del grupo de animadoras del instituto que sacaba buenas notas, guapa y simpática. La novia ‘perfecta’ entonces, un prototipo que Thiessen no pudo ni quiso replicar a su vida real. “Nunca fui como Kelly. Ni fui animadora ni asistí al baile de fin de curso. No tuve esas experiencias”, confesó años después.
Con 49 años vive alejada del nivel de fama que logró en los años 90 y a comienzos de los 2000. Casada con Brady Smith, actor e ilustrador, desde hace 18 años, tienen dos hijos en común. Tiffani Thiessen ha seguido trabajando en estas dos décadas, pero su verdadero éxito ha llegado en los últimos años como estrella gastronómica en la televisión con su propio programa y varios libros de recetas en el mercado.
Sin embargo, en estos últimos tiempos la actriz ha tenido que hacer frente a los comentarios que se han hecho en redes sociales sobre su cuerpo y aspecto físico. “He tenido problemas con mi peso desde los 17 años, había mucha presión añadida porque he trabajado con mucha gente guapa y delgada. A mí hay productores que me han pedido que pierda peso. Eso duele, pero es parte del negocio. Se espera que esté delgada y perfecta, pero no lo soy”, contaba hace unos meses en una entrevista, hablando sin problema de ello, especialmente sobre los 20 kilos que ganó durante el embarazo de su hija, o incluso durante el confinamiento por la pandemia.
Lo cierto es que su carrera empezó desde pequeña como modelo antes de dedicarse a la actuación. Thiessen estuvo a punto de aparecer en ‘Embrujadas’, ser Rachel Green en ‘Friends’, e incluso de formar parte de ‘El mundo nunca es suficiente’, una de las películas de James Bond con Pierce Brosnan como protagonista, la que era su gran oportunidad para dar el gran salto de la televisión al cine.
Pese a quedarse a las puertas de algunos papeles, en la interpretación encontró el amor en diferentes ocasiones antes de casarse con Smith. Uno de ellos David Strickland que, en 1999, cuando estaban juntos, se quitó la vida en Las Vegas.
Un episodio trágico que marcó su vida justo cuando se encontraba, probablemente, en el instante profesional más dulce de la intérprete, pues había sido elegida para formar parte de ‘Un final made in Hollywood’, dirigida por Woody Allen, su último gran proyecto cinematográfico.