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Pocas veces una premisa tan sencilla ha resultado ser tan revolucionaria. Apilar bloques con distintas formas que caen uno por uno del techo para hacerlos coincidir entre sí. Esa es la mecánica del legendario Tetris, uno de los videojuegos más populares y vendidos de la historia. Acaba de cumplir 38 años durante los que ha experimentado diferentes versiones y adaptaciones para todo tipo de dispositivos sin perder jamás su poder de adicción.
Poco imaginaba su creador, Alekséi Pázhitnov, que su invención haría historia. Diseñado y desarrollado en pleno auge de la Unión Soviética durante los años 80, el Tetris nació de la ambición de Pázhitnov de recrear en su ordenador el Pentominó, su juego de mesa favorito que consistía en encajar piezas geométricas en un cuadro de madera. Las limitaciones tecnológicas le obligaron a bajar las figuras originales de aquel rompecabezas a figuras de cuatro cuadrados.
Para el nombre, fusionó las palabras Tetra y Tenis. La primera es un prefijo griego que hace referencia a los cuatro bloques cuadrados que conforman cada bloque, y la segunda representa su deporte favorito. El juego comenzó a popularizarse en la Unión Soviética y poco después se expandiría internacionalmente. Pázhitnov distribuyó el juego de manera gratuita, creyendo que no generaría ganancias significativas, y no recibió ganancias por su creación durante diez años.
Su explosión popular llegaría en 1989, cuando la compañía japonesa Nintendo obtuvo los derechos del juego y lo incluyó en el catálogo de su exitosa Game Boy. El compositor de esta compañía, Hirokazu Tanaka, le dio al Tetris una música representativa memorable, adaptando una clásica canción folclórica titulada Korobeiniki.
El Tetris marcaría a varias generaciones y se convertiría en un fenómeno cultural que trascendió al mundo de los videojuegos. Numerosas referencias al juego han inundado la cultura pop, desde películas a series, además de inspirar a otras sagas exitosas como la de Candy Crush. Fue incluso el primer videojuego que se usó en el espacio. Aleksander A. Serebrov, cosmonauta de la agencia espacial de Rusia, lo jugó en la Estación Espacial MIR en una consola para Game Boy.
Más allá del trastorno conocido como 'síndrome Tetris' en alusión a las personas que perciben los objetos del mundo real como si fueran piezas del juego, diversos estudios han demostrado que el videojuego es beneficioso en tratamientos de trastornos postraumáticos.
Investigadores de la Universidad de Ruhr de Bochum, en Alemania, realizaron en 2019 terapias experimentales con pacientes que jugaban al Tetris durante 25 minutos. Los especialistas observaron una notable mejoría en los niveles de ansiedad y depresión.
Otros estudios indican que también es capaz de estimular nuestro cerebro, y que nos puede ayudar a desarrollar pensamientos críticos y potenciar la planificación de movimientos coordinados. Casi 40 años después la huella que dejó el Tetris sigue perdurando en nuestro mundo.