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El bono de alquiler para jóvenes de entre 18 y 35 años aprobado recientemente por el Consejo de Ministros no es la única ayuda a la vivienda que se puede conseguir en España. Al contrario, un grupo totalmente opuesto a los jóvenes también puede beneficiarse de una prestación económica para poder pagar por su inmueble de forma menos asfixiante: los pensionistas.
La Seguridad Social, a través del IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), contempla el pago de una cantidad fija para ayudar a pagar los gastos derivados del alquiler de una vivienda a aquellos pensionistas que perciben una pensión no contributiva.
Actualmente, se calcula que en nuestro país hay 452.000 personas que pueden beneficiarse de este tipo de pensiones, una prestación económica que el Estado otorga a aquellas personas jubiladas o en situación de invalidez que se encuentran en situación de necesidad y que no alcanzan el tiempo mínimo de cotización exigido para acceder a las ayudas contributivas, fijado en quince años.
Gracias a estas pensiones no contributivas, las personas que viven con menos de 5.899,60 euros al año pueden percibir una prestación económica que en este 2022 se sitúa en un máximo de 5.899,60 euros anuales (en torno a 421,406 euros al mes).
A esta ayuda económica, además, algunos pensionistas pueden añadir también un complemento de 525 euros para el pago del alquiler. Esta cantidad se otorga en un pago único anual, es decir, se recibe solo una vez al año, no se prorratea entre meses y está reservada a aquellos pensionistas que tengan un contrato de alquiler y cumplan con una serie de requisitos adicionales recogidos en la página web del IMSERSO.
Así, además de ser beneficiarios de una pensión no contributiva, ya sea de jubilación o de invalidez, y de tener un contrato de alquiler, los pensionistas que quieran acceder a este bono anual para el alquiler deberán acreditar que carecen de una vivienda propia y que no tienen con el arrendador del inmueble alquilado una relación conyugal o de parentesco de tercer grado, ni tampoco una unión estable y de convivencia con una relación análoga de afectividad con respecto a la conyugal.
Asimismo, también deberán demostrar que tienen su domicilio habitual en una vivienda alquilada. Para ello, el contrato de alquiler no podrá ser inferior a un año y el solicitante tendrá que haber residido en la vivienda durante al menos 180 días antes de la fecha de solicitud del bono.
Para solicitar este complemento monetario, los interesados deberán descargar y rellenar un formulario, disponible en este enlace para aquellos que vivan en una comunidad autónoma y en este otro para quienes residan en Ceuta o Melilla, y remitir este documento a los órganos competentes de sus comunidades autónomas, a las diputaciones forales del País Vasco y Navarra, o a las Direcciones Territoriales del Instituto de Mayores y Servicios Sociales de Ceuta y Melilla, según corresponda.
En este documento, los solicitantes deberán aportar su información personal y datos de contacto, así como incluir información sobre el contrato de arrendamiento, la vivienda por la que se pida la pensión y el arrendador. Asimismo, deberán adjuntar una copia del contrato de alquiler o cualquier otro documento que acredite que se reside en el domicilio.