Del estrés al Síndrome de Estocolmo: cinco señales que indican que debes cambiar de trabajo

  • ¿Sabes detectar esas señales que indican que quizá no estés en la empresa adecuada?

  • Hay muchos indicativos de que ha llegado el momento de cambiar de empleo, de pedir otro puesto de trabajo en tu empresa o, si no es posible, de cambiar de empresa y probar suerte en otra organización diferente.

¿Notas que en los últimos meses ha disminuido la motivación por tu trabajo y que tu posición actual ya no representa ningún reto para ti? ¿Sientes que la empresa en la que creciste se te ha quedado pequeña o que avanzas en una dirección profesional diferente a la que desearías para tu carrera?

Incluso puede ser que pese a haber tenido un buen desarrollo en tu empresa y disfrutado profesional y personalmente de esta etapa, estés ahora frecuentemente pensando en la posibilidad de un cambio. Es evidente que los intereses y metas profesionales cambian y evolucionan constantemente, pero ¿cómo distinguir entre estados de ánimo o motivación transitorios, y claros signos de necesidad de cambio?

A continuación, te presentamos algunos de los principales signos que confirmarán tus sospechas y te indicarán que ha llegado la hora de plantearte seriamente un salto hacia un nuevo proyecto profesional.

A menudo te sientes cansado y estresado

¿Te arrastras cada mañana hacia tu empresa y te falta el empuje que antes tenías? ¿Duermes menos y notas que empeora tu humor cada vez que piensas en tu trabajo? Cualquiera de estos signos podría ser perfectamente un síntoma de un aumento en los niveles de estrés profesional, un sistema de alerta corporal que te indica que las cosas probablemente no son como deberían ser.

El estrés puede afectar tanto a tu estado de ánimo como a tu sistema inmunitario, haciéndolo más susceptible a resfriados y a estados de ánimo bajos, perjudicando notablemente a tu rendimiento laboral. Incluso si no se controla, también pueden desarrollarse problemas de salud más serios a medio y largo plazo. Si tienes la sensación de que tu cuerpo está tratando de decirte algo, deberías tomarte un momento para tratar de comprender el mensaje.

No estás potenciando tus competencias y habilidades

Puede que estés trabajando y realices tareas que se te dan bien, pero que no sean las que más te gusten. En una organización debe existir feedback entre los responsables y los trabajadores para que la productividad sea la mayor posible. Si has intentado hablar con tus superiores para realizar un trabajo que te permita potenciar más tus competencias, pero te han ignorado, puede que debas buscar otra cosa.

También está la opción de que realices un trabajo que te gusta, pero que no te permita desarrollarte más allá. Es importante que tu empresa te dé la oportunidad de formarte y seguir aprendiendo para explotar tu perfil al máximo. Tú ganas experiencia laboral, y la empresa contará con un trabajador mucho más profesional y especializado.

Desequilibrio

Analiza tu trabajo y pon en una balanza lo que te aporta y lo que te quita. Quizás en un lado de esa balanza veas que hay un exceso de trabajo, estrés, presión, desgaste, dificultad para seguir disfrutando de una formación continua de calidad, cansancio constante, insatisfacción… ¿Qué hay en el lado positivo de la balanza? Si no encuentras la misma cantidad y calidad de “cosas” positivas es que tu balanza profesional está muy desequilibrada y corre serio riesgo de romperse.

No crees en la compañía como solías hacerlo

Cuando empezaste, tu puesto te parecía lleno de posibilidades y te sentías muy orgulloso de identificarte con la cultura de la compañía. Sin embargo, recientemente has notado que tu percepción de la empresa ya no es lo que era, y que la confianza en el proyecto y en los valores de la compañía han disminuido.

Tal vez tu organización ha tomado algunas decisiones que no encajan con tu visión, o quizás ha habido una reorganización que te ha apartado de la trayectoria profesional que en un principio tenías planeada. La falta de valores compartidos, alineación profesional, identificación con la marca o pérdida de confianza son poderosos factores desmotivadores difícilmente reconducibles. Si te ves reflejado en ellos, tal vez sea la hora de empezar un nuevo reto en una nueva compañía en la que sí puedas creer.

Síndrome de Estocolmo

¿A pesar de que te sientes fatal en tu trabajo te ves incapaz de “abandonar” a tus compañeros a su suerte o de “traicionar” a tu empresa buscando otro empleo? Ten cuidado porque ese pensamiento puede ser una señal de que estás sufriendo el llamado Síndrome de Estocolmo, una clara señal de que ha llegado el momento de cambiar de trabajo.

En conclusión: si la mayor parte del tiempo te sientes mal en tu trabajo y ese malestar está afectando al ámbito de tu vida privada, quizá haya llegado el momento de lanzarte a la piscina y de buscar y encontrar otra empresa en la que inicies esa etapa profesional nueva, apasionante y enriquecedora que te mereces.