El frío y la chimenea van de la mano: paso a paso para ponerla a punto antes de encenderla

  • No hay nada mejor que sentarnos en el sofá frente a una chimenea, ¿verdad?

  • Para vivir este momento, la chimenea debe estar bien preparada para su uso.

  • En Uppers te contamos todo lo que necesitas para dejarla lista y disfrutar de un invierno calentito.

Tener nuestra chimenea preparada antes de que llegue el invierno es fundamental y, aunque parezca que el momento de encender la chimenea queda muy lejos, antes de que nos demos cuenta tendremos que hacerlo. Poco a poco, la temperatura del exterior ha comenzado a bajar y, con ese descenso, es momento de pensar en organizar nuestro hogar para esos meses en los que vamos a pasar irremediablemente más tiempo en él.

Lejos de lo que pensamos, la chimenea también necesita su mantenimiento. No basta con comenzar la temporada de frío y encenderla sin más, sino que es importante realizar una serie de labores previas a ese momento. Estas tareas nos permitirán mejorar su rendimiento y economizar el calor que aporte a nuestro hogar. Así que no esperen a que sea imprescindible encenderla para comenzar a preparar nuestra chimenea.

La limpieza, el punto de partida

Lo primero que tenemos que hacer es limpiarla. Aunque pueda parecer una odisea a simple vista, es mucho más sencillo de lo que parece y más que importante. Tenemos que tener en cuenta que, con el paso del tiempo, el tiro de la chimenea va acumulando hollín y otras sustancias que pueden hacer que arda peor y, según el tipo de combustible que utilicemos, que incluso sea peligroso el tener esta acumulación de partículas (entre las que se encuentra una de las más inflamables y nocivas, el alquitrán).

Una chimenea limpia evitará esos humos que en ocasiones invaden la estancia en la que se encuentra generando malestar. Y, está claro, la intención de encender la chimenea es todo lo contrario. Si realizan la tarea de deshollinar cada cierto tiempo, su chimenea lo agradecerá y, de esta forma, el mantenimiento será más sencillo y la efectividad de nuestra fuente de calor mayor.

Llama a un profesional que limpie bien el conducto de salida del humo y revise que esté en buenas condiciones o si hay que hacer alguna reparación. Es recomendable hacer esta revisión una vez al año. Asegúrate que el tiro funciona correctamente, una forma de hacerlo es abrirlo y encender un papel de periódico. Si el humo es aspirado hacia arriba, puedes estar tranquilo. En caso contrario, llama a un profesional.

Revisa la seguridad de su chimenea

Una vez lista la chimenea para dar calor, también es importante revisar otro factor igual de importante que su correcto funcionamiento: la seguridad. Y es que la chimenea no deja de ser una fuente de fuego y evitar cualquier percance es más que fundamental. Por eso, es importante pasarle revista al estado exterior de la chimenea garantizando, por ejemplo, que las juntas de los azulejos refractarios están selladas y, en caso de que no lo estén, sellarlas con cemento refractario específico para ello.

Tampoco está de más, en el caso de las chimeneas abiertas de leña, revisar si nuestra rejilla salvachispas cumple con su función. Debe asentarse bien en la embocadura de la chimenea y permitir que tanto los niños como nuestras mascotas estén a salvo del fuego. Es una manera muy sencilla de disfrutar con total tranquilidad de ese calor tan especial que desprenden las chimeneas.

¿Te animas a limpiarla tú mismo?

  • Cubre bien el suelo y los muebles de la habitación para evitar que durante la limpieza se llenen de cenizas.
  • Protégete bien: ponte mascarilla, un protector para los ojos, ropa vieja que te cubra bien brazos y piernas y guantes por si hay restos calientes.
  • Utiliza un palo o varilla con un cepillo de acero en la punta para limpiar el conducto del humo. Muévelo de abajo arriba y haciendo movimientos circulares para limpiar bien las paredes de la creosota acumulada.
  • Si se desprenden trozos de cemento o ladrillo, llama rápidamente a un profesional para que revise el conducto y arregle los desperfectos.
  • Retira el hollín y las cenizas acumuladas en el fondo con un cepillo duro y una pala o con un aspirador, si estás seguro que no están calientes.
  • Limpia la superficie con productos adecuados al material: piensa que hay chimeneas de piedra, de cemento, de aluminio o de mármol… lo mejor es seguir las instrucciones del fabricante o preguntar en una ferretería o a un experto.
  • Si tu chimenea está cerrada con una tapa de cristal, también límpialo a fondo. Nos permitirá ver mejor el fuego pero también ayudará a una mejor propagación del calor.

Consejos para un buen uso

  • Coloca una pantalla de protección ante la chimenea: evitará que salten brasas. Es especialmente recomendable si hay materiales combustibles cerca o en casas con niños.
  • Evita dejar objetos muy cerca o encima: pueden estropearse y corremos el riesgo de que nos salte alguna chispa al acercarnos a cogerlos.
  • Piensa que no todas las maderas son iguales ni ensucian igual: la madera de pino quema muy bien pero tiene mucha resina que ensucia mucho y obstruyen más los conductos. Si la madera está húmeda, quema mucho peor y también ensucia más.
  • Retira periódicamente las cenizas y restos para mantenerla limpia y en buenas condiciones durante todo el invierno.

Ya con los deberes hechos antes de que llegue el invierno, solo queda aprovechar una noche fresca de otoño para inaugurar nuestra chimenea. Una manera de encender ese calor de hogar de esta estación previa al frío.