Pasar tu hipoteca al tipo fijo sí o no: los años de contratación en los que te sale más rentable

Tras más de seis años en valores negativos, el euríbor volvió a superar el cero en el mes de abril (0,005%) y ya acumula una subida de un 101,03% en un año. Todo apunta a que esta referencia seguirá al alza, sobre todo si el Banco Central Europeo confirma los rumores y aumenta sus tipos de interés este verano. Por tanto, no cabe duda de que este puede ser un buen momento para pasar una hipoteca variable al tipo fijo y quedar a salvo de las subidas del euríbor.

Hay que recordar que el interés de las hipotecas variables es la suma del valor del euríbor y un porcentaje fijo llamado diferencial. Si el índice cotiza al alza, las cuotas se encarecen. Así, quien tenga contratada una hipoteca variable de 150.000 euros a 30 años con un diferencial del 0,99% y le toque ahora la revisión anual tendrá que pagar 32 euros al mes más, o lo que es lo mismo, 384 euros al año.

Según apunta el comparador de productos bancario HelpMycash, la mayoría de las hipotecas variables contratadas entre 2011 y 2015 tienen un diferencial que oscila entre el 1,50% y el 2%. Sin embargo, en los préstamos firmados fuera de este periodo los tipos son muchos más bajos. Aproximadamente el euríbor más 0,5% antes del 2011 y en torno al euríbor más 1% desde 2016.

Interés de más del 1,50%

Con el euríbor en valores positivos muchas de las hipotecas firmadas entre 2011 y 2015 pasarán a tener un interés de más del 1,50%, que es el tipo fijo medio que los bancos están ofreciendo actualmente. Por tanto, para los poseedores de estos préstamos pasarse a un interés fijo les supondrá no solo disfrutar de unas cuotas estables para siempre, sino ahorrarse algo de dinero al mes.

También hay que tener en cuenta que aunque todas las previsiones apuntan a que el euríbor siga subiendo también existe la posibilidad de que vuelva a bajar. Por ello, es aconsejable efectuar el cambio si se tiene poca tolerancia al riesgo o si se cree que no se podrán asumir las cuotas en caso de que el euríbor se dispare.

Pongamos el caso de una persona con una hipoteca media de 150.000 euros, a 25 años y con un interés de euríbor más 1,50%. Si se le actualiza anualmente el interés con el euríbor de abril, su cota mensual subirá de los 566,40 euros a los 600,68 euros, lo cual puede no parecer una diferencia muy significativa. Pero si el euríbor sigue subiendo y alcanza el 1% el próximo año la cuota ascenderá a los 672,93 euros al mes. En cambio, si se pasa ese préstamo a un tipo fijo del 1,50%, la mensualidad se quedará en 600 euros para siempre.

A muchos hipotecados entre el 2011 y el 2015 aún les quedan muchos intereses por pagar, dado que estos productos suelen devolverse en 20 o en 30 años. Cuanto menor sea el tipo aplicado durante la primera mitad del plazo (cuando se pagan la mayoría de los intereses), menos pagará el hipotecado a la larga. Por eso, a los que contrataron su hipoteca en el período mencionado les conviene especialmente pasarse al tipo fijo.

Cómo pasarse al tipo fijo

Existen tres métodos para pasarse al tipo fijo, según recuerda HelpMyCash. El primero es la novación, que consiste en pactar esa modificación con el banco con el que se firmó el crédito. El segundo es la subrogación de acreedor, con el que se traspasa el préstamo a otra entidad dispuesta a convertir el interés variable en fijo.Y el tercero consiste en contratar una hipoteca fija nueva para cancelar el préstamo a tipo variable que se tiene vigente.

Los dos primeros métodos son más baratos, dado que solo hay que pagar la tasación de la vivienda (unos 300 euros) y una comisión máxima del 0,15% sobre el importe pendiente de pagar. Puede ser del 0% si la hipoteca tiene más de tres años de vigencia.

En cambio, si se contrata un nuevo préstamo debe abonarse la tasación, los gastos por cancelar registralmente el crédito actual (unos 1.000 euros) y su comisión por amortización anticipada, que puede tener un coste de hasta el 2% sobre el importe pendiente. Pero, ojo, que si se consigue un interés fijo más bajo al contratar una nueva hipoteca, esta opción puede salir más a cuenta que una novación o una subrogación, pues sus gastos se compensan por el mayor ahorro en intereses.

Lo recomendable es hablar con el banco con el que se tiene el préstamo y acudir también a otras entidades que ofrezcan subrogaciones o nuevos créditos, de modo que el cliente pueda comparar todas las propuestas y decantarse por l que le salga más a cuenta.