Cuidar de los padres: ¿cómo elegir bien entre centro de día, acompañamiento o residencia?

  • Cuando tus padres llegan a cierto grado de dependencia necesitan una serie de cuidados que dependiendo de cada situación, se realizan de una forma u otra

A veces intentas llegar a todo, pero el día solo tiene 24 horas. El trabajo, los niños, la casa… y los padres. Aunque queremos lo mejor para ellos, seguramente tus padres ya tienen cierto grado de dependencia y necesitan una atención que tú no les puedes aportar por completo. Por eso, existen distintas alternativas que te liberan a ti de una tarea más y les proporciona a ellos la atención y los cuidados que necesitan. Cada caso es único, y cada uno requiere de una forma distinta de cuidados, la que mejor se adapte con la persona.

Los centros de día

Cuando se vive con los padres pero trabajas o estás ocupado, es muy común que durante unas horas lleves a tus padres a un centro de día. Así te da tiempo a estar durante el día pendiente de tus obligaciones y ya por la tarde tienes un hueco para dedicárselo a ellos.

Lo normal es que estos centros tengan un horario bastante amplio, desde primera hora de la mañana hasta por la tarde para que te puedas adaptar de la mejor forma con tus otras obligaciones. Estos centros prestan atención integral, con servicios de rehabilitación y promueven la convivencia entre los mayores. Además, por lo general cuentan con menús adaptados para cada persona, dependiendo de las necesidades o intolerancias que tengan, y servicios de transporte hasta el centro por si no puedes llevarlos o irlos a buscar.

El personal de los centros de día está cualificado. Se prestan desde servicios de psicología, hasta atención médica y servicios de enfermería. Por lo que los mayores se encuentran en un entorno agradable, en el que además de intentar mantener su nivel de independencia, realizan actividades de ocio que fomenten sus relaciones. También existen centros que están especializados en alguna patología específica, como el alzhéimer. En ellos los profesionales, además de prestar apoyo a las familias, trabajan para intentar frenar el avance de la enfermedad.

Vivir en casa: varias maneras de hacerlo

Pero también hay mayores que viven en casa y no acuden a un centro de día. En general esto ocurre cuando alguno de los familiares no trabaja y puede hacerse cargo de ellos. Es una de las mejores opciones, así está cerca de su familia, pero no siempre es fácil.

Los cuidan en casa, los sacan a dar paseos, controlan su medicación y son quienes les acompañan al doctor, a la farmacia o a rehabilitación. Aunque cuando viven en casa, pero nadie se puede hacer cargo de ellos durante todo el día, existe la figura del cuidador. Suele tener un horario desde por la mañana hasta por la tarde, cuando ya hay gente en casa que puede atenderle sin problema. Sus tareas son prácticamente las mismas, pero cambian cuando el anciano vive solo.

En esos casos, la figura del cuidador sube un escalón más, porque si el anciano no acude a un centro de día y vive solo, además de estar pendiente a sus necesidades durante el día, el cuidador puede vivir en esa casa. Es decir, está pendiente las 24 horas de día del mayor. Controla su medicación, su dieta, su rutina y está atento durante la noche. Es un trabajo difícil y sacrificado, en el que la vida del cuidador depende de la del anciano. Por eso, durante los fines de semana suelen ser los familiares los que se encarguen de ellos, para que el cuidador pueda disfrutar de su tiempo libre y descansar.

Pero como cada caso es especial, también puede existir la rotación de cuidadores. Si uno se encarga durante el día del anciano, hay otro que lo hace durante la noche. O puede ser que a lo largo de la semana sea uno, y cuando llega el fin de semana le atienda otro. Todo depende de lo que mejor le venga al mayor, porque más allá de un cuidador, este necesita alguien con quien tenga confianza, le transmita seguridad y pueda mantener una convivencia.

La residencia de mayores

Otra de las principales opciones es la residencia de mayores. Se podría decir que es la opción más cómoda y en la que probablemente mejor estarán atendidos.

Es muy similar al centro de día pero también tiene servicio de noche. Es decir, los mayores viven ahí. Durante el día tienen actividades como las de los centros de día, adaptadas a sus necesidades, estrechan lazos de amistad entre ellos y están atendidos las 24 horas del día por un equipo de médicos y de enfermeros. Además, los familiares pueden realizar visitas dentro del horario establecido siempre que quieran, e incluso sacarlos algún día del centro para llevarlos a pasear, a ver la función teatral de alguno de sus nietos, etc. En estos casos se suele contar con las recomendaciones y la autorización del médico y de la residencia.

Como ves, estos cuatro tipo de cuidados son los más utilizados cuando los mayores empiezan a tener cierto grado de dependencia. Hay que ver cuál se adapta mejor a él y a la situación familiar, buscando siempre el mejor de los servicios.