Betty, la mujer de 93 años con artritis que ha volado atada a un avión haciendo piruetas

  • Tal hazaña le ha valido un récord Guinness, siendo la quinta vez que vuela de esta forma

  • Todo lo recaudado lo ha destinado a una organización benéfica de cuidados paliativos

  • “A medida que envejeces las cosas no son tan fáciles como antes, pero quería intentarlo y demostrar que puedo hacerlo”

Nunca es tarde para cumplir sueños o realizar hazañas que, por la edad, muchas veces parece que no se pueden completar. Por suerte, hay personas que se atreven a cumplir los retos que se marcan tengan la edad que tengan o cualquier impedimento que lo complique todo un poco más. Ese es el caso de Betty Bromage, una mujer británica de 93 años que considera que su edad es tan solo un número y gracias a eso ha conseguido batir un récord Guinness haciendo piruetas atada a las alas de una avioneta.

No es la primera vez que se atreve con esto, es la quinta vez que, como ella dice, “pasea por las alas de un avión”. “Antes de eso lo más peligroso que hacía era montar a caballo”, bromea la mujer.

Esto lo hace, además, con la artritis en el cuello que sufre, aunque declara que su “cuello está mucho mejor de lo que estaba porque mi osteópata ha estado trabajando mucho en él, hubo un momento que ni siquiera podía girar la cabeza. Ser capaz de subir al avión y volver a bajar es un logro suficiente para mí. Mi querida nuera y mis nietos me apoyan todo el tiempo”.

Fines benéficos

Más allá de un logro personal y quedar inscrita en el libro Guinness de los récords, esta hazaña tiene fines benéficos. Las 23.000 libras que ha conseguido recaudar Betty Bromage irán destinadas a una organización benéfica de cuidados paliativos. Ha tomado esa decisión debido a que esta ONG cuidó de un familiar suyo, como muestra de agradecimiento por su ayuda.

“Hice mi primer paseo en las alas de un avión cuando tenía 89 años. Ya tengo 93 y lo hago por una causa maravillosa. Cuidaron de mi cuñada y fueron muy amables con ella, también se han preocupado por algunos amigos míos a lo largo de los años. Es una organización muy genuina”, dijo la mujer.

También lo hace por ella

No obstante, también lo hacía por ella misma, por demostrar que no ha perdido su vitalidad a pesar de cumplir años, ya que “a medida que envejeces, las cosas no son tan fáciles como solían ser, pero quería intentarlo y demostrar que todavía puedo hacerlo”.

“A mi edad no puedo correr, así que busqué otras ideas y me inspiré en el anuncio de Crunchie para caminar con las alas. Pensé que podía hacerlo y fue lo que me hizo empezar”, dijo la mujer.