Los hábitos que debes evitar a partir de los 50 para no envejecer antes de tiempo

Cumplir 50 años y encontrarse bien, realmente bien, es perfectamente viable, pero hay que aplicarse a fondo y cumplir un hábito saludable tras otro. Los médicos se aburren de repetirlo: come bien, duerme, haz ejercicio, sal a la calle, habla con la gente, lee, ejercita la memoria… Sin embargo, muchas costumbres que hemos ido adquiriendo con los años y están totalmente afianzadas en el día a día nos van minando la salud. Acortan nuestra esperanza de vida segundo a segundo y, peor aún, siembran las semillas de las enfermedades más comunes que se aprovechan del envejecimiento natural porque el organismo ya no es capaz de enfrentarse a ellas.

En realidad, no se trata de combatir las arrugas y las canas con operaciones y tintes para parecer más jóvenes “sino de vivir más tiempo con plenitud”. Los hábitos saludables repercuten positivamente en el organismo e igualmente se reflejan en el aspecto exterior, en la piel, en el rostro y hasta en el brillo del pelo o en la energía que se trasmite.

La sección de Salud de Cnn.com publicó en julio pasado las conclusiones del estudio Ocho factores modificables del estilo de vida asociados con una mayor esperanza de vida entre 719.147 veteranos de Estados Unidos. Según destacaron los responsables de la investigación, si se tienen 40 años “es posible vivir hasta 24 años más llevando a cabo un cambio en esos hábitos”, con los 50 cumplidos se puede alargar la vida 21 años y si ya se tienen 60 se ganan casi 18 años.

La condición es dar un giro radical y transformar los hábitos en saludables. Según los investigadores ese cambio también puede ser gradual porque una pequeña modificación ya resulta beneficiosa con mejoras en el organismo que se aprecian enseguida. Es más, tal como muestran las conclusiones, cumplir con uno de esos ocho hábitos saludables ya posibilita vivir 4,5 años más.

Este estudio, parte de los datos recopilados en el Programa del Millón de Veteranos del Sistema de Atención Médica de Veterans Affairs, un organismo estadounidense creado por el presidente Lincoln con el objetivo de “cuidar a quienes han servido en el ejército de nuestra nación y a sus familias, cuidadores y sobrevivientes”.

Xuan-Mai Nguyen, especialista en ciencias de la salud del citado Programa y que forma parte de la Escuela Médica de Harvard, lideró la investigación junto a otros expertos y presentó las conclusiones en verano pasado en Boston. Aprovechó que una parte importante del sector de la salud estaba congregado en la celebración de Nutrition 2023, un congreso que reúne anualmente a la Sociedad Estadounidense de Nutrición.

En el estudio se analizaron los comportamientos del estilo de vida de esos casi 720.000 veteranos militares, hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 99 años. Una puntualización es que las cifras que despejan las conclusiones no son las mismas para los hombres que para las mujeres. Dice el texto que tener un solo comportamiento saludable en ellos les alarga la vida 4,5 años, tal como se ha explicado, pero en las mujeres se queda en 3,5 años.

Estos son los ocho hábitos que se deben evitar para no envejecer antes de tiempo, en orden de mayor a menor influencia:

1.El sedentarismo

El investigador Nguyen subrayó que hacer ejercicio disminuye en un 46% el riesgo de muerte por cualquier causa en comparación con las personas que son sedentarias. La recomendación es levantarse del sofá y no estar toda la tarde viendo la televisión o navegando en las redes sociales con el móvil. Hay que andar a diario de modo que cuando se coja práctica el paso sea vigoroso y rápido.

También hay que atreverse a subir escaleras para fortalecer las piernas y las rodillas. Con el tiempo mejora la resistencia y el equilibrio, lo que además ayuda a reducir las consecuencias de las caídas. Se puede disminuir la intensidad a medida que se cumplen años, pero hay que insistir en mantener la fuerza por los problemas de movilidad que acarrea la pérdida de masa muscular.

Por otra parte, se han publicado otros estudios que demuestran que los humanos están capacitados para hacer ejercicio durante toda su vida. La hipótesis es que se ha evolucionado “para permanecer físicamente activos a medida que se envejece. Al hacerlo, se asigna energía a los procesos fisiológicos que ralentizan el deterioro gradual del cuerpo con los años”.

2.Consumir opioides

En Estados Unidos hay un problema de máxima gravedad con el incremento del consumo de opioides sintéticos (fentanilo) y “algunos analgésicos como la oxicodona (OxyContin®), la hidrocodona (Vicodin®), la codeína o la morfina”. Incluso es una “emergencia de salud pública nacional”, según muchos departamentos de salud del país. Tras analizar los datos aportados por los veteranos, el estudio reveló que no consumir estas sustancias reduce el riesgo de muerte por cualquier causa en un 38%.

3.Fumar

La investigación apuntó que fumar incrementa el riesgo de muerte en un 29%. Además, dejar el tabaco en cualquier momento de la vida ya genera un cambio muy significativo en el organismo. Por su parte, la Asociación Española contra el Cáncer destaca que el riesgo de cáncer de pulmón es entre 20 y 25 veces superior entre fumadores que entre no fumadores, además de las altas probabilidades de contraer otros tipos de cáncer.

4.Vivir estresado

El estrés produce “consecuencias devastadoras para la salud” y en palabras de estos investigadores controlarlo reduce la muerte prematura en un 22%.

5.No comer verdura ni fruta

Una alimentación adecuada y saludable, a la que en el estudio se definió como “basada en plantas”, alarga la vida en un 21%. Es más, recomendó precisamente la dieta mediterránea que propone cereales integrales o verduras de hojas verdes. Se añade la puntualización de los especialistas: el metabolismo empieza a ralentizarse a partir de los 60 años. El organismo sigue quemando calorías, pero mucho más despacio, lo que significa que con la edad también es necesario ajustar la dieta.

6.Beber alcohol

Según esta investigación entre los militares veteranos de Estados Unidos, los que dejaron de consumir cuatro bebidas alcohólicas diarias redujeron el riesgo de muerte en un 19%. El alcohol es perjudicial para la salud a cualquier edad.

7.Dormir mal

Se considera que dormir bien por la noche significa descansar entre siete y nueve horas. Conseguirlo, según el estudio, rebajó el riesgo de muerte por cualquier causa en un 18%. Además, se asocia con mejores resultados de salud física y mental. En cambio, descansar mal se ha vinculado con un mayor riesgo de alzhéimer al igual que un buen descanso contrarresta el deterioro de la memoria provocado por esta demencia.

8.No relacionarse socialmente

La investigación señaló que las relaciones sociales positivas alargan la vida un 5%. Sin embargo, la soledad y el aislamiento generan graves consecuencia sobre la salud. Muchas personas, sobre todo los mayores, viven solas o tienen problemas de movilidad con lo que se ven obligadas a permanecer en casa y en consecuencia su salud empeora.

Durante el congreso, Xuan-Mai Nguyen subrayó que se tuvieron en cuenta tanto la edad, como el índice de masa corporal, el sexo, la raza y la etnia, el estado civil, el nivel educativo y los ingresos familiares de todos los veteranos militares participantes. La principal conclusión es que existe una reducción del 87% en la mortalidad por cualquier causa en aquellas personas que efectivamente decidieron cambiar los ocho hábitos de su estilo de vida en comparación con los que no emprendieron ninguno.

Una puntualización que Nguyen añadió es que el estudio se centró en hombres y mujeres ya retirados, por tanto, no estaban en servicio activo ni recibían entrenamiento militar. De este modo, “es posible que las cifras no necesariamente se traduzcan a la población en general”.

Lo cierto es que llevar una vida diaria en la que la tónica sea no moverse del sillón, comer mal, fumar, beber alcohol, la soledad, dormir poco, vivir estresado o no mantener una actividad cerebral saludable que ejercite la memoria y el funcionamiento cognitivo aumenta las posibilidades de sufrir enfermedades crónicas y las propias del envejecimiento. Al contrario, aplicarse y darle la vuelta a esos hábitos para que se transformen en saludables evita problemas cardiovasculares, cáncer, diabetes, fracturas, demencia, alzhéimer o trastornos mentales como ansiedad y depresión.