Tener 83 y aparentar 70: la dieta de un neurocirujano para seguir haciendo triatlones

El tiempo pasa por todos y va haciendo mella en el cuerpo de una forma u otra. Eso está claro, pero lo que marca la diferencia suele ser la genética y los hábitos que se han tenido a lo largo de la vida y que repercuten directamente sobre la salud del organismo. Siempre existen formas de desafiar el paso del tiempo, que es lo que ha hecho el neurocirujano Joseph Maroon, que a sus 83 años sigue siendo un triatleta de éxito. Y eso que el deporte no fue una prioridad para él hasta que entró en la madurez y comenzó a entrenar.

Ponerse en forma a los 40

Él mismo reconoce que cuando cumplió 40 lo hizo en mala forma, no solo física, sino también mental, pues perdió a su padre tras un infarto a la vez que se divorciaba. “Había estado tan concentrado en mi trabajo que descuidé el resto de mi vida, incluida mi salud. No estaba en forma, vivía de comida rápida y no hacía ejercicio. Todo eso dio como resultado una profunda depresión”, explica en su página web.

Sin embargo, meses después un amigo le invitó a salir a correr y, aunque terminó agotado, esa noche fue la primera vez que durmió bien en meses. “Empecé a correr cada vez más y comencé a sentirme cada vez mejor”, explica. Todo eso le llevó a animarse con la natación y el ciclismo, lo que le introdujo en el mundo de los triatlones (ya lleva más de 70 a sus espaldas) y a salir de la depresión que le permitió reincorporarse a su trabajo en la Universidad de Pittsburgh como neurocirujano.

Ese entrenamiento le permitió completar su primer Ironman de Hawái con 53 años y, desde entonces, ha completado ocho de ellos, una de las pruebas más duras del mundo. Pero más allá del entrenamiento que ha ido desarrollando en los últimos 40 años, su alimentación también ha cambiado, y mucho.

Una alimentación equilibrada

Joseph Maroon explica que pronto se dio cuenta de que, si quería mejorar físicamente, también tenía que centrarse en la nutrición. Así, durante años se ha instalado en la dieta mediterránea, que más que una ‘dieta’ propiamente dicha, es realmente centrarse en las opciones más saludables, dando prioridad a frutas y verduras, legumbres y grasas saludables en su cocina.

Por su parte, el neurocirujano también se ha alejado de los ultraprocesados, principalmente por la gran cantidad de grasas saturadas, aditivos y calorías que contienen, por no hablar de que son totalmente carentes de nutrientes. Por ello, prioriza aquellos alimentos que tienen más nutrientes esenciales para su organismo y que sean frescos.

También intenta limitar el consumo de azúcar todo lo posible y las bebidas que tienen un alto contenido en azúcares añadidos, así como las grasas trans ante los riesgos para la salud que suponen, especialmente ante la aparición de enfermedades cardiovasculares y los niveles de colesterol.