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A sus 81 años, el alpinista Carlos Soria está preparando una expedición primaveral al Dhaulagiri, el penúltimo ochomil que le queda por ascender. En los Juegos Olímpicos de Río 2016, Ruth Beitia conseguía el oro en salto de altura a sus 37 años. Tom Brady, icónico 'quarterback' de fútbol americano, aseguró antes de la Superbowl que pensaba retirarse más allá de los 45 años. Si visitamos los cinco primeros puestos de la ATP, tres de ellos (Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer) se encuentran por encima de los 30 años.
Podríamos seguir enumerando casos, como el del sueco Zlatan Ibrahimovic liderando al AC Milan a sus 39 años. O 'Gigi' Buffon, quien afirmó a sus 43 años que, mientras el cuerpo aguante, seguirá al pie del cañón en la Juventus de Turín. Pero probablemente no acabaríamos hoy. Lo que parece quedar claro, cada vez más, es que los deportistas extienden su carrera en la élite por encima de edades que antes se consideraban un obstáculo biológico insalvable. Los entrenamientos, las dietas, la mejora de la recuperación y la importancia del equipo médico han sido determinantes en este cambio de paradigma, en el que la edad ha dejado de ser un condicionante por sí mismo a la hora de determinar el fin de una etapa deportiva profesional.
¿Cuando comenzó a darse este cambio de tendencia? ¿Va para largo? ¿Cuál será el techo dentro de unos años? Para responder a estos interrogantes, preguntamos al doctor Christophe Ramírez Parenteau, Jefe de los Servicios Médicos de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA).
Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 fueron el punto de partida clave en el desarrollo del deporte en nuestro país, y con ello, de la rotura del 'techo de edad' en las décadas posteriores. Aumentaron los recursos y comenzó a imponerse una cultura del deporte inédita hasta aquel momento. "La inversión económica realizada por todas las instituciones hizo que todo el mundo del deporte se viera revolucionado por esa cita olímpica", recuerda Ramírez a Uppers.
"Gracias a toda esa revolución, el deporte empezó a estar bien visto por la sociedad española, por lo que el porcentaje de población que practica este deporte se multiplicó". Y fue entonces cuando se produjó un efecto dominó: el aumento de interés supuso un incremento de recursos destinados a la actividad desde las administraciones públicas, con el consiguiente aumento de estudio y difusión de la cultura del deporte y la mejora de la calidad de vida. "Todo eso ha provocado que cada vez haya más deportistas 'mayores' tanto en la élite como en deportistas populares. Hace 30 años se veía 'normal' que un deportista de élite de 30 años dejara la actividad deportiva, ahora eso es impensable", afirma Ramírez.
Como afirma Ramírez, es difícil de imaginar un deportista de élite que se retire antes de cumplir la treintena. Pero no hace tanto, esta era la tónica habitual para muchos de ellos. Es el caso del extenista profesional Alberto Berasategui (47 años), quien llegó a ocupar el puesto número 7 de la ATP y disputó una final de Ronald Garros a los 20 años. Pese a que sus inicios fueron arrolladores, Berasategui decidió despedirse del circuito profesional en 2001, cuando apenas tenía 28 años.
"Me retiré pronto, podía haber apurado más, pero en aquella época las carreras eran más cortas. Por edad, también salías antes al mundo del profesionalismo, hoy en día les cuesta un poquito más, pero se han alargado una barbaridad. La alimentación es mejor, muchos viajan con fisioterapeuta, todo ha evolucionado. Las recuperaciones de lesiones también son más cortas", reconocía en una entrevista concedida al portal especializado Punto de Break.
Desde que se impulsaran los programas de deporte y las administraciones se metieran de lleno a financiar las actividades relacionadas con las ciencias de la salud, el rendimiento de los deportistas se ha extendido cada vez más. En esto tiene mucho que ver la capacidad de gestión de las cargas de trabajo desde una edad temprana, un factor que se trabaja especialmente con los entrenadores. Son ellos, los gestores del entrenamiento físico, los que miden, adecúan y dosifican los esfuerzos para que los deportistas alcancen su 'peak' físico y las pérdidas sean más lentas y pequeñas.
Preparación física
Trabajar los huesos es una tarea primordial en todo este asunto. En el caso del atletismo, disciplina en la que trabaja Ramírez, no solo se trata de correr, sino de hacer hincapié en todo el trabajo de musculación. "Para reforzar la estructura muscular y ósea es fundamental todo el entrenamiento de base", afirma. Esta actividad también se ha ido reforzando a lo largo del tiempo y constituye una de las razones
Alimentación
¿Qué hay de la alimentación? ¿Hay que modificarla conforme pasan los años? Parece que no. "No cambia la dieta, lo que ocurre es que al ir madurando emocionalmente, resulta mucho más fácil respetarla a esa edad", concluye Ramírez. Dependiendo de la actividad se seguirá una u otra alimentación, pero por lo general, hay algunas premisas a tener en cuenta que suelen ser comunes:
Prevención de lesiones
Se trata de una de las mejoras más significativas. Antes, muchas de las dolencias y afecciones eran desconocidas y era más complicado hacerles frente. En cambio, "ahora se dispone de mucha más información" y "es mucho más fácil difundirla" para hacérsela llegar a los entrenadores, preparadores físicos y atletas. Cada vez se sabe más acerca de las lesiones y los planes de recuperación y prevención son más acotados. El resultado es un conocimiento mucho mayor sobre cuáles pueden ser los puntos flacos de los deportistas a nivel físico.
La fuerza y la velocidad se pierde con la edad, pero no la resistencia. A partir de cierto tiempo, al organismo le cuesta más recuperarse de los esfuerzos. Por eso es tan importante la recuperación personalizada. "Con el paso de los años, hay que cuidarse más para mantener el mismo rendimiento", advierte al mismo tiempo.
La madurez emocional del deportista
También importa, y mucho. Como se ha comentado anteriormente, seguir patrones alimenticios adecuados puede ser más difícil en los años de la juventud, pero conforme los atletas se hacen mayores, su cabeza se centra y lo que hace unos años costaba más de integrar, cada vez es recibido con mayor facilidad. Lo mismo ocurre a nivel general con el resto de rutinas saludables, como entrenar o abstenerse de beber alcohol. "No es que haya un cambio" en la rutina, sino que "a partir de cierta edad cuesta mucho menos llevar una rutina saludable", señala el doctor.
Entrenamiento y recuperación personalizada
Al aumentar la información y el conocimiento, los preparadores físicos y entrenadores tienen un margen más amplio para adecuar las rutinas de rehabilitación y entrenamiento a sus deportistas y, por consiguiente, personalizar de manera específica las actividades que deben realizar en su día a día. Es, según Ramírez, uno de los grandes avances de los últimos tiempos. "No existen dos personas iguales, por lo que no habrá dos tratamientos iguales, aunque las grandes directrices estén allí siempre", reconoce.
¿Crecerá el techo de rendimiento? ¿A qué edad se retirarán dentro de unos años? Ramírez no se atreve a dar un pronóstico pero sí vaticina que las mejoras de rendimiento con la edad tienen un límite biológico próximo. "Constantemente surgen mejoras técnicas o de entrenamiento que consiguen sacar más rendimiento. Seguro que se seguirá mejorando pero cada vez la mejora será más pequeña", concluye.