La viruela del mono no es la única: convivimos con unas 300 enfermedades de animales

  • La OMS asegura que la mayor parte de estas enfermedades son por la actividad humana

  • Seis de cada diez enfermedades son de origen animal

  • "La situación actual es preocupante porque no se parece a los patrones típicos que hemos visto antes”

El coronavirus fue el primer aviso. Ese recordatorio de que los virus son capaces de saltar de animales a humanos. Ahora, cuando parecía que nos estábamos olvidando de una pandemia que nos ha cambiado radicalmente la vida, otro virus, el de la viruela del mono vuelve a ponernos en alerta. "La situación actual es preocupante porque no se parece a los patrones típicos que hemos visto antes”, ha advertido al El Mundo, el portavoz de la oficina europea de la OMS, Tarik Jasarevic. Sin embargo, estos dos ejemplos no son los únicos, convivimos con más de 300 enfermedades de animales en nuestro día a día. 

Seis de cada diez enfermedades, de origen animal

De acuerdo con la Organzación Muncual de la Salud, un 60% de las enfermedades infecciosas humanas son de origen animal. Seguro que te cuerdas de a gripe porcina que comenzó debido a un cerdo enfermo, de la gripe animal que provenía de las aves de corral, la rabia del perro o la fiebre Q del ganado. La zoonosis es algo común que hemos vivido una y otra vez a lo largo de la historia. 

Es más, alrededor del 75% de todas las enfermedades infecciosas humanas nuevas y emergentes se transmiten entre especies de animales y alcanzan a las personas. Así lo ha revelado un estudio elaborado por el organismo internacional que pretense ser una guía para intentar minimizar este tipo de enfermedades. 

¿A qué se debe esto?

La población mundial ha aumentado de unos 1.600 millones de personas en 1900 a unos 7.800 millones en la actualidad. Del mismo modo, el número de animales domésticos que proporcionan alimentos a las personas, así como las plagas o animales peridomésticos, como las ratas, han aumentado de forma paralela.

"A pesar de los enormes efectos socioeconómicos reales y potenciales de las zoonosis emergentes, y del consenso general acerca de que más vale prevenir que curar, hasta la fecha las inversiones y la voluntad política para controlarlas en su origen han sido insuficientes", destaca el estudio.

El problema es que la mayor parte de estas enfermedades infecciosas emergentes se deben a la actividad humana. Uno de los factores desencadenantes de la zoonososis es la creciente demanda de proteína animal como es la carne, la leche o los huevos.

"A menudo se crían para obtener mayores niveles de producción y, más recientemente, también para que sean resistentes a las enfermedades. A raíz de ello, los animales domésticos están muy cerca los unos de los otros y muchas veces en condiciones que distan de ser ideales. Esas poblaciones de huéspedes genéticamente homogéneas son más vulnerables a las infecciones que las genéticamente diversas, al ser más probable que estas últimas incluyan a algunos individuos que resisten mejor a las enfermedades", concluye la OMS.