Dormir con los ojos abiertos: afecta a la visión, empeora con la edad y lo sufre el 20% de la población

  • Dos de cada diez personas en el mundo duermen con los ojos abiertos

  • La hiperlaxitud que se produce en nuestros párpados durante el envejecimiento puede empeorar esta patología denominada lagoftalmos

Una de cada cinco personas en el mundo duerme con los ojos abiertos. ¿Sorprendente verdad? Esta patología, denominada Lagoftalmos, imposibilita cerrar completamente los párpados a quien la padece y puede provocar desde sequedad ocular hasta úlceras, dependiendo de la gravedad. También puede inmiscuir en la calidad del sueño. Hablamos con el doctor Juan Carlos Sánchez, especialista en tratamiento de la patología de los párpados y la de vía lagrimal en el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) para que nos explique el tratamiento de esta afección y si empeora con la edad.

Causa congénita o adquirida

El lagoftalmos es una patología provocada por el mal funcionamiento de los músculos del párpado y puede afectar a ambos ojos o solo a uno. Son diversas las causas que pueden provocar esta enfermedad, pero se pueden diferenciar en dos grandes grupos. Congénitas o adquiridas, es decir que nacemos con ella o viene provocada por factores externos.

"Una de las causas más frecuentes (externas) es la parálisis facial o parálisis de Bell que puede ocurrir a cualquier edad y se produce o bien por la inflamación de los nervios que controlan los músculos de la cara o una infección viral", explica el doctor. Por otro lado, se asocia a enfermedades musculares y neurológicas en las que la musculatura del párpado pierde fuerza y no consigue un buen movimiento. "También se relaciona con traumatismos oculares, una cirugía facial o cicatrices cerca de los ojos", añade.

La edad, un factor de riesgo indirecto

Según cumplimos años vamos perdiendo masa muscular y esto también afecta a nuestros músculos faciales. "El envejecimiento se relaciona con la hiperlaxitud. En la madurez nuestros párpados se tornan laxos, los tejidos dan de sí y eso puede contribuir a que el lagoftalmos empeore. No obstante, el dormir con los ojos abiertos puede asociarse al envejecimiento, pero no como una causa directa", afirma Sánchez.

De forma indirecta sí que se puede relacionar por ejemplo a la parálisis de Bell, nombrada anteriormente. "Las infecciones víricas como pueden ser los herpes, muy relacionados con esta parálisis, son más frecuentes en mayores. A medida que pasan los años tenemos menos defensas, el herpes es más común y puede terminar produciéndonos este lagoftalmos.

Peor calidad del sueño

La imposibilidad de cerrar los ojos afecta, indiscutiblemente, a la calidad del sueño. Una de las razones por las que nuestros párpados se cierran por la noche es porque impiden que la luz sea absorbida por los ojos y permite que nuestro cerebro descanse, pero si eso no ocurre nuestro cuerpo no consigue descansar igual.

"Tenemos un reflejo, denominado fenómeno de Bell, que hace que cuando dormimos nuestros ojos se pongan blancos y protejan así las corneas. Si esto desaparece la córnea se seca y produce sintomatología molesta como el ojo seco, irritación, sensibilidad o dolor”, apunta el especialista.

Sintomatología y tratamiento

La mayoría de los síntomas de esta enfermedad vienen derivados de dicha sequedad de la superficie ocular que hemos mencionado anteriormente. Sin embargo, en los casos severos las consecuencias pueden llegar incluso a perforar la córnea y perder visión. "El lagoftalmos puede solucionarse dependiendo de la causa, si es congénita como una enfermedad muscular o degenerativa no tiene solución, pero puede ser una causa congénita secundaria como un trauma de nacimiento y ahí sí puede haber una recuperación".

El tratamiento que se aplica es en función del grado que se padezca. Por lo general se puede tratar con medios locales. "Se recurre a la lubricación y cada caso es diferente. Puede ir desde gotas o pomadas, dependiendo de la sequedad, a cámaras húmedas que son una especie de artefactos que se ponen en la cara y guardan la humedad, de forma que estamos toda la noche con el ojo lubricado”.

En los casos más graves hay que recurrir a un tratamiento quirúrgico. "En el párpado superior, la cirugía más frecuente es la implantación de una pesa de oro, que ayuda a completar el cierre palpebral, por efecto de la gravedad. Y en el inferior, la cirugía más empleada para corregir la eversión o descenso del párpado es la tira tarsal lateral, que consiste en mejorar la tensión del parpado reanclándolo al reborde de hueso lateral", nos explica desde el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España.

Estos casos graves suelen estar relacionados con tratamientos posquirúrgicos o postraumáticos "y la media de edad de estos pacientes es entre los 40 y los 60 años”, concluye Sánchez.