Temblor en el párpado: ¿por qué ocurre y cómo podemos evitarlo?

  • Los temblores en los párpados son espasmos involuntarios que se producen cuando el músculo orbicular se contrae y expande de forma irregular

  • Estas palpitaciones suelen estar asociadas a un problema de cansancio o estrés y, por lo general, desaparecen al cabo de un breve periodo de tiempo sin mayores complicaciones

  • No obstante, en ocasiones pueden estar relacionadas con un problema de salud más grave que requiere de un tratamiento adecuado

Seguro que te ha pasado alguna vez. Un día te despiertas, te pones a hacer tus menesteres rutinarios y de pronto, sin un motivo aparente, tu párpado empieza a temblar. ¿Qué ocurre?

Los temblores en el párpado, conocidos también como mioquimias, son espasmos involuntarios que se producen cuando el músculo orbicular, es decir, el encargado de abrir y cerrar los ojos, se contrae y expande de manera irregular.

Estas palpitaciones afectan normalmente a solo un ojo y, por lo general, desaparecen al cabo de un breve periodo de tiempo sin ocasionar mayores molestias. No obstante, suelen ser un aviso de que nuestro cuerpo necesita parar y descansar y, en ocasiones, pueden llegar a estar relacionados con problemas un poco más complejos.

¿Por qué nos tiemblan los párpados?

Los orígenes detrás de estos temblores son muy variados, aunque lo habitual es que estén asociados a un problema de nervios, ansiedad o estrés. De hecho, estos tics, junto con la pérdida de peso, la caída del cabello o la aparición de distintas contracturas, son uno de los síntomas más visibles de que estamos pasando por una mala racha y de que necesitamos detener la maquinaria para dedicarnos un tiempo a nosotros mismos. En estos casos, además, el estrés puede ocasionarnos una vista borrosa o incluso la pérdida momentánea de visión, en cuyo caso deberíamos acudir a un especialista para que nos proporcione un tratamiento.

Aparte de los problemas de estrés, otro de los motivos que puede provocarnos estos temblores es el cansancio o fatiga, ya sea por no dormir lo suficiente o por trabajar en exceso, sin pausas. De igual manera, pasar mucho tiempo delante de las pantallas, ya sea de una tablet, un ordenador o un teléfono móvil, puede provocarnos este tipo de problemas, especialmente si no respetamos la distancia, tomamos descansos o controlamos el brillo.

Los expertos también señalan que un consumo excesivo de bebidas estimulantes como el té o el café pueden causar estos temblores, así como el uso de unas gafas con una graduación inadecuada.

¿Cómo puedo evitar los temblores en los párpados?

En la mayor parte de los casos, las palpitaciones en los párpados pueden solucionarse de manera relativamente sencilla cambiando nuestros hábitos y costumbres. Dormir más horas, practicar deporte, hacer pausas en el trabajo o mejorar nuestra dieta para reducir la ingesta de sustancias estimulantes como la cafeína puede ayudarnos a eliminar estos molestos tics que, de todas formas, acabarán cesando por sí solos al cabo de un tiempo. Además, también podemos aplicar colirios para facilitar su desaparición.

Sin embargo, en ocasiones estos temblores pueden ser síntoma de un trastorno más severo conocido como Síndrome de Meige, una enfermedad neurológica poco frecuente que causa contracciones en los músculos de la cara, parpadeos rápidos y espasmos involuntarios que pueden hacer que nuestros ojos se cierren.

A diferencia de los temblores producidos por cansancio o estrés, estas palpitaciones sí pueden dañar nuestra vista si no los tratamos. Por ello, si los temblores afectan a ambos ojos, se prolongan en el tiempo y van acompañados de otras contracciones en otras zonas del rostro, es importante que busquemos la ayuda de especialistas que puedan valorar nuestro caso y aportar una solución adecuada.

Lo mismo ocurre si tenemos problemas para mantener los ojos abiertos o si tenemos antecedentes familiares que hayan experimentado la enfermedad. A pesar de que no se puede prevenir, en estos casos la detección precoz es clave para acabar con el problema y evitar posibles daños, así que, si tienes alguno de los síntomas, mejor no te la juegues.