La manosfera y tu hijo adolescente: la nueva masculinidad misógina que proponen algunos podcasts

Cuando, como producto de la cuarta ola feminista, se hicieron cada vez más explícitas las discusiones acerca de la necesaria revisión de la masculinidad, ya muchos alertaban de una esperable reacción por parte de posiciones conservadoras. Tal vez lo que no todos esperaban era que la respuesta de algunos adolescentes a estas discusiones era una huída hacia adelante. Y hoy en día parece florecer toda una comunidad de 'generadores de contenido' en las redes que estimulan conductas que pueden ser consideradas machistas entre los adolescentes.

Masculinidades de consumo

En un informe publicado en El País, el periodista Raúl Novoa señala que "hay una línea que suele coincidir en todos estos discursos: el hombre hecho producto de sí mismo. Emprender, tener amor propio, formarse y el esfuerzo constante para lograr metas". El problema es que muchos de estos, que a priori pueden parecer saludables ejercicios de superación personal, están anclados en bastiones de la masculinidad clásica -el dinero, el músculo y el coche- y carecen del más mínimo esfuerzo crítico ni fomentan ningún tipo de reflexión. Por el contrario, fomentan una masculinidad de consumo, que es peligrosa en tanto solipsista y, en muchos casos, misógina.

La especialista Elisa García Mingo, a quien cita Novoa en su artículo, lo llama “el hombre proyecto", es decir, "empresa de sí mismo… Todo muy relacionado con el crecimiento personal y el coaching. Deja de ser el hombre protector y padre de familia a ser una masculinidad independiente y sin cargos, más indiferente”. Se trata pues, de discursos alineados con el capitalismo más patriarcal. Además, según señala Novoa, "algunos de estos creadores se pueden enmarcar dentro de la llamada manosfera, que es el conglomerado de espacios virtuales que dan cabida a movimientos masculinistas".

Se trataría de discursos que apuntalan lo que el periodista y escritor Antonio J. Rodríguez llama 'La nueva masculinidad de siempre' (Anagrama, 2020). Rodríguez cree que "un rasgo distintivo del momento actual es la, digamos, 'justificación teórica explícita de la dominación masculina'. Me explico: la cultura masculina, lo que Eloy Fernández Porta llama ‘cosas de chicos’, y la aspiracionalidad del hombre siempre ha existido. En nuestras respectivas adolescencias, existía lo que conocemos como ‘tribus urbanas’: estar metido en la electrónica, en el punk, o en el metal implicaba una manera ‘joven’ de ser hombre ‘tradicional’. Si, por ejemplo, estabas metido en el hip hop, eras un tipo duro, desafiabas la ley (pintabas graffiti), hablabas usando palabras que no le gustaban a tu madre, cantabas canciones con comentarios que hoy todo el mundo entiende como inaceptables… Eso también existe en la ‘alta cultura’: conocerse al dedillo el canon Occidental claramente es una cosa de chicos (o de señores). Por supuesto, los deportes y el fútbol también es una manifestación de todo eso".

Para el escritor, sin embargo, no había una conciencia explícita del significado de ser hombre. "Éramos, por decirlo a lo bruto, ‘machistas ignorantes’: nunca habíamos reflexionado sobre ello. A la gente no le ofendía la teoría de género porque simplemente no existía; no era mainstream. Entonces llega un momento en que la gente empieza a hablar de esto, el avispero es sacudido y las víboras salen del nido". A propósito, para mí el cambio principal es que hemos pasado de una cultura adolescente inconscientemente sexista a otra explícitamente machista", señala.

Para Iván Repila, autor de la novela 'El aliado' (Seix Barral, 2019) en la que el protagonista es un hombre que siendo pareja de una líder feminista, decide liderar por su parte un movimiento ultra machista con la finalidad de 'provocar un cambio radical en la sociedad', estos nuevos influencers no son más que "los cachorros de famosos youtubers de hace unos cuantos años, tipo Román Gallardo o Wall Street Wolverine, que tenían planteamientos idénticos. Creo que los de hoy son herederos de esas ideas y de esa mentalidad, que han trasladado lo que han estado mamando. Esta gentuza de la que te hablo llegó a tener millones de seguidores y no se ha podido parar nunca lo que estaban haciendo y lo que siguen haciendo. Lo de hoy es una deriva lógica que se ha trasladado a Tik Tok".

Más allá de las pantallas

¿Son los padres, como nos decía aquí la educadora Rocío García de Leániz, '"los verdaderos influencers de los hijos"? Desde luego la responsabilidad parental tiene un papel determinante en la formación de los adolescentes -después de todo, como señala García de Leániz, "el 78% de los adolescentes reconocen que, aunque piensen distinto, hacen caso de los consejos de sus padres"- pero no es menos cierto que la socialización es un factor igualmente importante. Una socialización que, como ha señalado Antonio J. Rodríguez, es cada vez más explícitamente machista, y hoy mismo pasa por las redes sociales. En sentido 'despantallar' a los adolescentes sería un cuidado paliativo que, además, a estas alturas está indudablemente condenado al fracaso. Hablamos entonces de un marco ideológico en el que hay que avanzar posiciones de manera sistemática y estructural.

¿Es la adolescencia masculina un territorio en disputa?

Lo es, en tanto pretendamos construir una sociedad más funcional y armónica libre de discursos hegemónicos, heteronormativos, patriarcales. Todo eso que a muchos jóvenes absorbidos por argumentos conservadores les suena a 'normalidad'. Uno de los podcasters cuyo testimonio recoge Novoa señala que entre sus objetivos está la construcción de “una sociedad de hombres fuertes, decididos y buenos, que tengan un propósito de vida y que desarrollen cierto amor por los valores que nos han traído hasta aquí.” Y por supuesto, "los valores que nos han traído hasta aquí" son inamovibles.

Para Iván Repila, que se confiesa más combativo pero también más pesimista, "no se puede proteger a los adolescentes de hoy como no se ha podido proteger a los anteriores de los youtubers que menciono, así que me parece una cosa imparable. Por eso mi tesis es que a la avanzada reaccionaria se le combate. Pero se le combate en el mismo escenario en el que estos plantean sus tesis prehistóricas. Así que en lugar de proteger, yo les animaría a combatirla dentro de Tik Tok, y que por cada uno video que se publique en ese sentido se publiquen cien en el que se le deje en ridículo. Estoy más por el lado de que los propios adolescentes sean capaces de defenderse".

Se trata pues, de un debate abierto, en el que nos corresponde a todos participar.