SIO, el sistema que entrena la mente para acabar con las faltas de ortografía de tu hijo (y las tuyas)

  • SIO es un sistema que permite procesar las palabras que entrañan dificultades ortográficas para corregirlas

  • Que una persona tenga más o menos errores ortográficos se debe al sistema de procesamiento de cada cual

  • Pese a que parece un libro para niños, es un método eficaz tanto en los más jóvenes como en adultos

Las faltas de ortografía, el tema sobre el que siempre estás encima de tus hijos y te preocupas por no cometerlas para dar ejemplo. Pero siempre hay alguna duda, esa palabra que te preguntas durante un instante si irá con 'v' o con 'b' o si va con o sin 'h' y terminas buscando en el móvil para no equivocarte. Y no será porque no la hayas pronunciado o leído más de una vez, pero ¿por qué no se te ha quedado en la mente cómo se escribe? Todo tiene una respuesta dentro de nuestro cerebro, y para ello el experto en neurociencia y director del Instituto de Neurociencia y Alto Rendimiento, José Ramón García Guinarte, ha desarrollado un método que parece un juego de niños pero que sirve para corregir dificultades ortográficas en los más pequeños, pero también en adultos.

Ese método es el Sistema de Inteligencia Ortográfica (SIO), "un sistema para crear un programa mental que cambia la forma de procesar las palabras que entrañan dificultades ortográficas", nos cuenta su autor. Un sistema que nace tras más de dos décadas en las que ha detectado esos errores ortográficos en una tipología de alumnos y con un funcionamiento de la mente diferente, porque no todas funcionan igual.

¿Visual, cinestésico o auditivo?

Para entenderlo, el experto explica que cada persona tiene un sistema de procesamiento predominante en detrimento de otros. Lo normal es que las personas sean visuales, cinestésicas o auditivas. En el caso de las visuales, "su cerebro procesa la realidad en imágenes, siendo una de sus principales características que hablan muy rápido, porque tienen que describir imágenes y contienen mucha información", cuenta García Guinarte.

Por su parte, las personas cinestésicas son sensitivas, y en términos generales, siempre hay excepciones, "suelen hablar despacio porque están experimentando muchas sensaciones". Mientras, las personas auditivas mantienen un lenguaje muy correcto e inciden en la comunicación verbal, "su cerebro tiene una especie de voz que le habla". Tal y como el experto indica, todas las personas usamos los tres sistemas, pero cada cual tiene uno que predomina sobre el resto, y es ahí donde nacen los problemas ortográficos. ¿Por qué?

Volviendo a los tres sistemas de procesamiento anteriores, una persona visual "con leer un poco no tiene problema alguno con la ortografía porque a su mente le resulta fácil visualizar las palabras. Entonces, cuando escribe le viene a la cabeza esa palabra y no va a tener problemas ortográficos", cuenta. Con esto parece que un buen lector no va a tener problemas ortográficos, pero no deja de ser un mito arraigado en la sociedad.

Y además de la lectura, ¿juegan algún papel las redes sociales? "Hoy en día escribimos de forma muy sintética por WhatsApp y el resto de las redes sociales, lo que provoca que generemos más errores ortográficos al escribir mal o muy rápido, así que automatizamos una forma errónea de escribir. Y eso ya es un problema de falta de atención".

Más allá de los visuales, las personas cinestésicas y auditivas sí tienen problemas porque no pueden diferenciar algunas letras, como la 'b' y la 'v', que se pronuncian igual. "Te vas a encontrar a gente con carreras universitarias o devoradores de libros que tienen problemas ortográficos. Por eso la lectura es un factor facilitador, pero no es suficiente, solo para las personas visuales". Y de esta manera y tras analizar todo lo anterior, es como nace SIO en formato libro.

¿Cómo funciona SIO?

"SIO es un sistema orientado sobre todo a personas auditivas y cinestésicas. A nuestro cerebro le gustan las cosas vivas por una cuestión de supervivencia, entonces las cosas vivas nos llaman la atención siempre", y en eso se basa SIO. Por una parte, le da vida a una letra que para el cerebro no tiene ningún valor, la dota de personalidad propia y la representa con una imagen simple. De esta manera, lo que hace SIO es darle vida a las letras que entrañan dificultades ortográficas.

Con ello, cada letra representa un personaje y todos ellos confieren la estructura del método. En cada página o lámina aparecen cinco dificultades ortográficas y "el cerebro, como solo ver la lámina, tiene que prestar atención 15, 20 o 25 segundos las dificultades que se presentan en ella". En total se exponen 300 dificultades gracias a las cuales el cerebro automatiza el método, unas más sencillas y otras más complejas, pero en general errores que se cometen con frecuencia.

Con cada lámina y con las nuevas dificultades que van apareciendo la idea es que se genere una asociación que haga que la dificultad desaparezca y gracias a esas estructuras creadas se puedan corregir dificultades que no están en el libro, como la palabra 'bayeta' que, pese a no aparecer, con las herramientas que ofrece SIO permite descifrar que se escribe con 'b' y con 'y'.

"Ni es un juego, ni es exclusivamente para niños", deja claro José Ramón García Guinarte. "Hemos tenido experiencias de padres que han contactado con nosotros para decirnos: 'que bien nos viene, se lo explico a mi hijo y aprovecho y corrijo algunos errores míos'", concluye el experto en neurociencia.