La subida de precios, un problema global: ¿por qué no dejan de encarecerse las cosas?

  • El mes de diciembre cerró el año con una subida del 6,7% en la tasa anual del IPC, la más alta desde marzo de 1992

  • El aumento del precio de la electricidad y los productos alimenticios han sido los principales factores detrás de este descomunal incremento

  • La subida de precios no solo afecta a España, sino que es un problema global

Una de las frases más repetidas en los últimos meses es: qué caro está todo. La oímos después de llenar el depósito del coche, la pensamos mientras llenamos el carrito en el supermercado y, por supuesto, la pronunciamos cuando nos llega la temida factura de la luz.

Lo primero que debemos decir es que no, no son imaginaciones tuyas. No es que te hayas vuelto un agarrado recientemente ni que tengas la sensación de que te falta efectivo porque lo has ido gastando en otros menesteres: los precios han, efectivamente, subido. Y bastante, además.

¿Por qué han aumentado los precios?

De acuerdo a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el pasado mes de diciembre se registró una descomunal subida de 6,7% en la tasa anual del Índice de Precios al Consumo (IPC), la más alta desde marzo de 1992. El IPC, que a lo largo de todo el año ha registrado constantes subidas, con excepción de los meses de enero de febrero, que han podido mantenerse estables respecto a 2020, ha tocado en los últimos meses del año unas cifras históricas: en septiembre, aumentó un 4%; en octubre, un 5%; y en noviembre, un 5,5%.

El dato del mes de diciembre, si bien todavía debe confirmarse (los datos oficiales saldrán a mediados de enero), no solo supera en más de un punto al registrado en noviembre, sino que ha sorprendido a los analistas, quienes, si bien esperaban un cierre en consonancia con la senda iniciada en septiembre, apuntaban a un incremento más reducido.

En su publicación, el INE señala al aumento en el precio de la electricidad, que se encuentra a unos niveles muy superiores a los de diciembre de 2020, y al incremento de los precios en los productos alimenticios como dos de los principales factores que han influido en el comportamiento del IPC en diciembre. Asimismo, y de manera sorprendente dado el contexto, en el que los carburantes han encadenado varias subidas de precio, subraya en sentido contrario la bajada de los precios de los combustibles y lubricantes para vehículos personales.

Más positivo resulta, por el contrario, el dato de la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los productos alimenticios ni energéticos por su gran volatilidad y que puede emplearse para prevenir movimientos regulatorios del sector bancario (el Banco Central Europeo vigila este indicador para tomar sus decisiones monetarias). En este sentido, se ha registrado un aumento de cuatro décimas hasta el 2,1%, una cifra que, si bien supera los registros del mes de noviembre, cuando se situó en un 1,7%, se mantiene casi cinco puntos por debajo del IPC general.

Esta diferencia supone que la subida de precio que han registrado los productos alimenticios y energéticos no se ha traspasado, todavía, a otros sectores. Aun así, es importante tener en cuenta que se trata de la cifra más alta desde marzo de 2013.

Un problema global

La pandemia del coronavirus ha tenido efectos en la economía. Los confinamientos y las restricciones de 2020 provocaron una bajada en el consumo que afectó a los precios, llevándolos hacia la baja. El rápido aumento de la demanda en 2021, unido a los problemas de la cadena de suministro, que se ha visto afectada por el incremento de los costes del transporte marítimo, y a la escasez de los microchips, provocada por el vertiginoso aumento de la demanda de los productos electrónicos que los emplean, ha provocado, por el contrario, un aumento generalizado en los precios.

Además, también hay que tener en cuenta la crisis energética, provocada por los precios del gas y los derechos de emisión de los derechos de carbono, y la subida del precio del petróleo, que han afectado, respectivamente, al precio de la electricidad y al coste de los carburantes.

El aumento de precios no solo ha repercutido en nuestros bolsillos, sino que ha afectado a todo el mundo. En la eurozona, los últimos datos apuntan a que los precios aumentaron un 4,9% durante el mes de noviembre, mientras que en Estados Unidos, donde se han ido encadenando subidas, la inflación de noviembre se situó en un 6,8%, la cifra más alta en casi cuarenta años. Pese a todo, los expertos apuntan a que esta subida será transitoria.

La inflación de segunda ronda, que se produce cuando se lleva a cabo una subida en los sueldos que afecta también a los precios, está, en principio, descartada. No obstante, los próximos meses serán decisivos para determinar la evolución del mercado.