Aprendices, el movimiento anglosajón para reinventarte en el curro tras los 50

  • Las empresas forman a los trabajadores según sus necesidades de producción

  • El Gobierno paga la formación y las empresas, los salarios

  • El 93% de los que terminan el programa son contratados

Estados Unidos y Reino Unido celebran estos días la Semana del Aprendizaje, una serie de eventos para promocionar Apprenticeship, el programa responsable de que las tasas de desempleo de estos países estén por debajo del 4%. Este año el life motiv son los mayores de 50, que cada vez más encuentran en este sistema una vía de reinvención y reincorporación al mercado laboral. En España, con un desempleo del 13%, no existen estrategias conjuntas para aliviar el paro de larga duración.

Sarah

Al cumplir los 53, después de 30 años de trabajo de oficina, Sarah Mileson solicitó una plaza del programa de aprendizaje en el Hospital Chrome, y la aceptaron. El Gobierno pagó sus estudios de enfermería, y el hospital, un sueldo mientras aprendía el oficio. Ahora Sarah trabaja en el hospital haciendo lo que le gusta, y su vida es otra.

Cómo Sarah, cada vez son más las personas de más de 45 o 50 años que se incorporan al programa. "Las empresas se muestran muy receptivas con este tipo de aprendices, que demuestran ser responsables, eficaces y rentables. Es una tendencia en alza durante los últimos años, por eso la Semana del Aprendizaje 2023 está dedicada a ellos", explicaba uno de los portavoces del evento a la BBC.

Qué es

Tras la Gran Depresión de 1929 el mundo laboral de Estados Unidos cambió radicalmente. Surgieron nuevos empleos para los que faltaba mano de obra cualificada. Los niveles elevadísimos de desempleo convivían con las necesidades de las empresas que pedían obreros especializados que no encontraban. Así nació en 1937 la Ley Nacional de Aprendizaje, un programa en el que participaban las empresas, los trabajadores y el Gobierno. El sistema consistía en que los trabajadores se postulaban para conseguir algún empleo, las empresas los elegían y les pagaban un salario mínimo mientras que se formaban, y éstas a su vez, recibían fondos del Gobierno para apoyar el proceso de formación. Al final las empresas conseguían los profesionales que necesitaban, los trabajadores se formaban y conseguían un empleo de estable y el gobierno aliviaba las cifras del paro y recibía ingresos por las contribuciones sociales.

Cómo funciona

El año pasado realizaron el programa de Estados Unidos 800.000 personas, y el 93% consiguió un empleo al final del proceso. En el Reino Unido, que copió el sistema hace 15 años, ya son más de tres millones los trabajadores que han encontrado empleo por esta vía.

El sistema se basa en cuatro pilares: primero, los desempleados, que se postulan para acceder a la formación que precisan las empresas, dentro del sector que eligen.

Las empresas seleccionan a los aprendices apuntados a sus ofertas, y previa entrevista, les aceptan o no para llevar a cabo el aprendizaje en sus instalaciones. Si los aprendices son aceptados, deben formarse, lo que incluye tanto formación profesional, como formación universitaria o formación especializada. Dentro del proceso de formación el aprendiz realiza prácticas remuneradas en la empresa. Los aprendices reciben por esas prácticas, al menos, el salario mínimo.

El tercer pilar es el de las empresas o profesionales de la formación, que se encargan de formar a los aprendices, y aquí entran las universidades y centros de estudios públicos y privados. El Gobierno se encarga de pagar en todo o en parte la formación de los aprendices, según el tamaño y la facturación de las empresas.  

Por último, el Departamento de Empleo del Gobierno británico, que coordina todo el proceso, y aporta los fondos para la formación, ofreciendo ventajas fiscales y haciéndose cargo de algunas cotizaciones.     

Datos España

Según el último informe del mercado de trabajo para mayores de 45 años del SEPE, la tasa de paro del colectivo en 2022 fue del 11,58%. El 62% de ellos, más de un millón de personas, son parados de larga duración.

El 60% de los autónomos son mayores de 45 años, y este porcentaje no ha dejado de crecer en los últimos 20 años. El trabajo autónomo es la única salida que les queda a muchos mayores de 45 años para seguir en el mercado laboral. De todas las contrataciones realizadas en 2021, menos del 30% fueron de mayores de 45 años, cuando suponen más del 50% de la masa laboral.

Estrategias fallidas

Todas las estrategias puestas en marcha para afrontar este problema han fracasado. Ni la Estrategia 55 y más, ni el Plan Reincorpora T, que estaba dotado con 4.000 millones, han dado los resultados esperados.

Lo último son las políticas de activación para el empleo, que establece una serie de medidas que favorecen la participación prioritaria de los mayores de 45 años en diversos programas. Este colectivo, y en particular los parados de larga duración, tienen acceso preferente a las subvenciones públicas que incentiven tanto su contratación como el emprendimiento de una actividad por cuenta propia, así como ofrece a las empresas más incentivos para su contratación.

Pero estas medidas no son comparables al plan anglosajón de Aprendizaje, que lleva años funcionando y dando resultados.

Algunas voces vienen reclamando hace años una estrategia estable y eficaz en nuestro país. Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, apela al compromiso de empresas y Administraciones Públicas para que “el envejecimiento imparable de la sociedad vaya acompañado de una mayor conciencia y sensibilidad social. El empleo de los mayores de 45 años debe considerarse un asunto de Estado, un elemento crítico para que nuestro Estado del Bienestar sea sostenible en el tiempo. De hecho, España no podrá mantener su posición competitiva global sin la fuerza laboral sénior”.