¿Cuál es el mejor y el peor mes del año para comprar una casa en España?

El mercado inmobiliario está en constante evolución independientemente de la coyuntura económica nacional o internacional. Según el portal inmobiliario Fotocasa, en 2021 se cerraron más de 500.000 operaciones de compraventa. De cara a este año los expertos apuntan que seguirá esa senda de crecimiento. Lo que también destaca este portal es que cada ejercicio queda marcado por épocas más o menos significativas e incluso ha determinado cuál es el mejor y el peor mes del año para comprar una casa en España. En Uppers hemos tomado nota del análisis que ha realizado sobre este sector.

Resulta que no todos los meses del año reúnen las condiciones más favorables para lanzarse a comprar una casa por necesidad o para invertir. Durante el confinamiento inevitablemente el mercado tuvo que asumir un frenazo en seco de todas las operaciones ya solo debido a las restricciones de movilidad impuestas. Después, el incremento de los precios ha sido moderado con lo cual aquellos compradores que tenían previsto invertir en vivienda lo han podido cumplir o están en la tarea.

El informe de Fotocasa se presentó a principios de año cuando la inflación era ya muy alta pero todavía no había estallado el conflicto en Ucrania. Según adelantaba “las condiciones financieras y macroeconómicas eran óptimas” de cara a 2022 lo que era una buena noticia para los compradores. Cada uno de ellos debe barajar ciertos aspectos como “el momento más oportuno para comprar, la oferta, las condiciones de financiación, el precio o los ahorros”.

Los años de experiencia del portal inmobiliario hacen posible que pueda analizar y determinar cuál es el mejor momento para comprar un inmueble, una información muy útil para dichos compradores.

Verano, una época sofocante para el sector

Entre las principales conclusiones destaca que los meses de verano son los menos recomendables para comprar una casa porque baja la oferta; el número de viviendas disponibles para la venta desciende con respecto al resto de meses del año. Uno de los motivos es que esas casas que todavía no se han vendido se destinan a viviendas vacacionales proporcionando una renta extra a los propietarios. A su vez, cuando hay una disminución de la oferta inmediatamente se genera un aumento de los precios de venta hasta que pasan los meses de verano. Después el mercado inmobiliario se vuelve a estabilizar con la reentrada de las casas que se habían alquilado para las vacaciones.

Otro de los motivos por los que el verano es un mal momento para adquirir una vivienda es la coincidencia con las vacaciones familiares, que implica un incremento del gasto en cada hogar.  Sin embargo, desde el portal, se aconseja que, aunque sea verano, conviene seguir revisando los inmuebles disponibles y si entran nuevas ofertas.

Primavera de esperanza inmobiliaria

Por su parte, la primavera se define por ser la temporada con mayor competencia. Es cuando los futuros compradores empiezan a buscar vivienda tanto de primera residencia como de segunda o para sus vacaciones. Además, con el buen tiempo y los días que alargan sus horas de luz se incrementa la solicitud de visitas. Cuando se adquiere obra de segunda mano los meses previos al verano son los más adecuados para reformar y aquellos que buscan segunda residencia tienen la vista puesta en pasar las vacaciones veraniegas en ella.

El duro invierno en ventas

En cuanto al invierno, con las fiestas navideñas y el incremento de los gastos con la cuesta económica de enero correspondiente, no es buen momento para los compradores. Es cierto que suele haber una bajada de los precios para animar el mercado de aquellas viviendas que no se han vendido en los meses anteriores. De este modo, es época donde suele ser más sencillo negociar y ofertar.

Otoño, temporada de bonanza

Por último, según el portal inmobiliario la estación que queda, el otoño, es la mejor para comprar. Incluso diversos estudios señalan directamente a octubre como el mejor mes con diferencia. Suele coincidir con la salida al mercado de un gran número de viviendas de obra nueva. Esto incrementa la oferta y en ocasiones rebaja los precios. Por otro lado, las entidades financieras mejoran las condiciones de sus préstamos hipotecarios debido a que se acerca el cierre de año y tienen que cumplir los objetivos anuales que les han impuesto sus matrices.