Copaternidad, la alternativa para compartir la crianza de hijos sin ser pareja: un acuerdo sin jurisprudencia

El tiempo avanza sin freno, queremos ser padres, pero no encontramos esa media naranja de la que enamorarnos y llegar a formar una familia. Una solución puede ser tener hijos en solitario, sin embargo, ni el trabajo, ni la economía, ni el entorno, ni la comunidad están lo suficientemente afianzados como para equilibrar la balanza en su favor. El mundo avanza arrastrando a las relaciones sociales y con ello al concepto de familia tradicional donde está empezando a despuntar la copaternidad. Desde Uppers vamos a explicar qué es la copaternidad, una alternativa para ser padres sin que exista un enamoramiento de por medio; es compartir la crianza de hijos sin ser pareja.

La copaternidad podría presentarse como una solución porque da lugar a familias cuyo comienzo no es el amor romántico. Actualmente, diversas entidades ya se ocupan de hacerla realidad porque ponen en contacto personas que comparten la necesidad de tener hijos, sin que haya un vínculo sexoafectivo, además de todas aquellas afinidades que son absolutamente necesarias.  

Acuerdo de copaternidad

Estas entidades ayudan a dos personas que toman la decisión de ser padres con total libertad, después de haberlo reflexionado en profundidad y tener muy claro que no desean una maternidad o paternidad en solitario. El papel de estas organizaciones concluye cuando la pareja entra en una clínica de fertilidad. No obstante, antes se han conocido, se han hecho amigos y sobre todo han formalizado y firmado un acuerdo que incluye todas las garantías legales que aseguran cómo ambas figuras van a gestionar, organizar y sufragar la vida del niño que va a venir al mundo.

El acuerdo es parecido al de la custodia de los hijos tras la ruptura de la pareja. Bajo el concepto de copaternidad se establece el lugar dónde va a vivir el bebé, a veces muchas parejas deciden compartir vivienda en los primeros meses de vida; cuáles serán las condiciones de la custodia compartida; cómo se van a organizar las vacaciones; qué tipo de guardería y colegio se van a elegir; cómo se van a compartir los gastos de las extraescolares, de las salidas con el colegio o la compra de los regalos de los cumpleaños de los amigos; cómo serán las relaciones con las respectivas familias de los padres; además de todo aquello relevante para que la relación entre ambos padres fluya sin contratiempos ni discusiones. Antes del nacimiento debe dejarse por escrito y acordado todo aquello que influya en el bienestar del niño.

Aplicaciones de copaternidad

Actualmente, existen aplicaciones para que los futuros padres se conozcan. Se suscriben, rellenan un completo cuestionario donde reflejan los gustos, la personalidad, el estilo de vida, el nivel económico, etcétera… y cuando hay coincidencias suficientemente representativas el sistema los pone en contacto siempre con la autorización del contrario. Tras un primer encuentro, la aplicación se aparta del proceso. Podrán tener un hijo sin amarse, contratando los servicios de una clínica de fertilidad, aunque se sabe de muchas parejas que al final se han enamorado. No hay que olvidar que antes de conocerse ya tienen muchas cosas en común.

Un ejemplo de este tipo de aplicaciones es Lullamate.com, que se anuncia bajo el lema “Tener un hijo es fácil, con quién tenerlo, no tanto”. Tal como explican sus fundadoras, no tiene nada que ver con las aplicaciones que se han desarrollado para ligar porque esa no es la finalidad. En primer lugar, ofrecen dos posibilidades: buscar una pareja tradicional para enamorarse y formar una familia clásica, o encontrar una pareja con la que coparentar, es decir, compartir la crianza de un hijo sin un vínculo amoroso.

En segundo lugar, esta aplicación obliga a cumplimentar un extenso test que responde a una serie de cuestiones con las que se define el perfil de la persona incluyendo desde creencias religiosas hasta educación, valores, datos económicos, estilo de vida, gustos, preferencias... A partir de aquí es cuando realmente se pueden cruzar perfiles afines y se abre la puerta a iniciar un contacto tal como se ha explicado.

Agencias de copaternidad

Otras entidades han centrado su actividad en la copaternidad, pero de una forma más tradicional sin utilizar los recursos de las aplicaciones tecnológicas. Es el caso de Copaternidad Barcelona, una agencia que igualmente pone en contacto a personas compatibles para iniciar el proceso de ser padres conjuntamente. Los perfiles se elaboran a través de cuestionarios y de entrevistas en persona.

Después de poner en contacto los perfiles compatibles se hace un seguimiento de la relación hasta que se allana el camino y se ve viable la posibilidad de que sean padres. No se trata de un trámite rápido, sino que se alarga en el tiempo para que cada decisión sea la definitiva. En la misma compañía acompañan en el proceso de elaboración del acuerdo de coparentalidad previo a la gestación. También se encargan de poner sobre el papel el convenio regulador de custodia compartida necesario. Lo relevante es que al no existir un sentimiento amoroso se puede hablar racionalmente en beneficio del bebé.

Falta de jurisprudencia

Para el ámbito del derecho, la copaternidad es un concepto nuevo donde además no hay jurisprudencia. La recomendación de los abogados especializados en familia es no dejar nada al azar sino atar perfectamente cualquier variable antes de que el bebé llegue al mundo. Esos documentos previos, el convenio regulador y el plan de parentalidad, deben incluir todos los aspectos antes mencionados, pero también otros igual de relevantes como la elección de la clínica de fertilidad y la de nacimiento; la organización de ambos padres durante los primeros días y meses del bebé; el orden de los apellidos; las bajas de maternidad y paternidad; la relación de los padres con otras parejas; la contratación de un seguro de salud; vacunación; orientación religiosa; toma de decisiones diarias rápidas, además de muchas cuestiones importantísimas, como la organización cuando el bebé nace con alguna enfermedad o discapacidad.

En concreto, ese plan de parentalidad debe explicar cómo ambos progenitores ejercerán sus responsabilidades parentales con los compromisos que asumen respecto a la guarda, el cuidado y la educación de los hijos.

No obstante, todas las necesidades van cambiando a medida que el niño cumple años, al igual que la situación de los padres. De este modo, siempre debe existir una conversación fluida y amistosa entre ambos para ir tomando decisiones… un cambio de colegio, cómo organizar el día a día con sus rutinas, cuáles son las normas y los límites, cómo deben colaborar en casa… Es decir, es imprescindible que el acuerdo sea lo suficientemente robusto, pero a la vez con posibilidades de flexibilizarse para amoldarse a los cambios de esa familia concebida en régimen de copaternidad.