Estamos tan cansados de la pandemia, que todo lo relacionado con ella nos da pereza. Sin embargo, e irremediablemente, nos ha dejado unas secuelas que son difíciles de pasar por alto. Acabamos de superar una nueva ola en la que con menos bombo que las anteriores ha dejado reinfectados y también nuevos enfermos, pero además los hospitales se han llenado de caos de gripe y de virus e infecciones respiratorias en pleno mes de junio, a pesar de las altas temperaturas. Algo totalmente anodino de lo que habla el último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda, en el que se confirma que aumenta la circulación del virus respiratorio sincitial (VRS), causante de la bronquiolitis, tanto en atención primaria como en hospitalaria.

Pese a que estas patologías son más propias de los meses fríos y de invierno, la pandemia parece haber cambiado las tornas y pese a dar la bienvenido al verano, siguen circulando los tres en nuestro país. En mayo, la demanda de urgencias hospitalarias por infecciones respiratorias aumentó un 20% respecto a años anteriores y desde el 18 de abril al 15 de mayo, según los datos del sistema de vigilancia de la gripe en España, que está gestionado por el Instituto de Salud Carlos III, también hubo un repunte importante de los casos. 

El problema es que no se trata de algo totalmente pasajero, como se podría esperar, sino que esta tendencia continua en este mes de junio pese a la ola de calor que acabamos de sufrir. Juan González del Castillo, responsable de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias explica a La Razón que lo curioso es que estamos ante una temporada muy atípica de problemas respiratorios tanto por las fechas en las que se están dando como por lo largo de su presencia, ya que “los contagios se están alargando mucho, algo que resulta muy inusual y era poco esperable. Esto no lo habíamos visto nunca en épocas de prepandemia”.

Lo cierto es que este tipo de patologías respiratorias son más comunes de los meses invernales cuando las bajas temperaturas luchan contra nuestro sistema inmunitario. Lo más llamativo y la gran novedad de este año es que la temporada de la gripe y de los virus respiratorios se ha trasladado en el tiempo. A esos virus respiratorios más comunes se suma ahora, de nuevo, el SARS-CoV-2, con una circulación intensa, sobre todo en los mayores de 65 años, que son quienes llegan hasta el hospital.

Ante este insólito escenario cabe preguntarse cuáles son las razones que provocan la inusual transmisión de los virus respiratorios estacionales. “La explicación podría estar en la mayor vulnerabilidad de todos nosotros, porque no hemos generado inmunidad a la influenza desde hace dos años por el hecho de llevar mascarillas, y eso facilita que ahora estemos ante una temporada atípica y más larga”, explica el doctor. De forma teórica, la influenza es estacional y con las altas temperaturas se inactiva, pero visto lo visto estos días, esta premisa no se está cumpliendo.