El CSIC ya ha empezado a fabricar la primera de las tres vacunas que investiga contra el coronavirus

  • La vacuna, explica a Uppers.es la viróloga del CSIC Margarita del Val, se está fabricando ya, aun sin saber si será o no todo lo efectiva que se espera. Es la manera, explica la científica, de acelerar los plazos y, si finalmente la vacuna cumple las expectativas de los científicos en cuanto a efectividad contra el coronavirus, haber ganado unos meses muy valiosos al calendario.

  • Sobre los rebrotes que están sucediendo por toda España no descarta "que esto sea el inicio de una nueva oleada"

"He tenido una conversación con el doctor Mariano Esteban y me han dicho que ya están fabricándola". Con estas palabras, la viróloga e inmunóloga del CSIC, Margarita del Val (61), anunciaba para Uppers (vídeo en la parte superior) que España ya ha comenzado a fabricar una vacuna contra la COVID-19, al igual que ocurre con los modelos de Oxford o con la China.

No obstante, la científica deja claro que aún "no estamos produciendo viales con dosis", pero prefieren acelerar los procesos de producción para no perder el tiempo cuando, finalmente, se demuestre que la vacuna es totalmente efectiva. Para ello aún habrá que pasar por los distintos ensayos clínicos que determinarán los riesgos de la vacuna, pero la científica espera que puedan comenzar a finales de este año 2020 con grupos reducidos de personas.

Como indica Del Val, "aunque perdamos el dinero si la vacuna no es eficaz, estaremos preparados para otra infecciosa que venga después". Para adelantarse y acortar los plazos ya se está empezando en las plantas industriales a subir el ritmo de fabricación de la vacuna. Esto incluye, por ejemplo, tener preparados los componentes necesarios o el líquido nutritivo que después acogerá a la dosis ya testada en humanos. Según Del Val, "ya hemos visto que en 6 meses el coronavirus ha dejado medio millón de muertos. Si podemos ganarle tiempo al virus siempre es bienvenido".

Brotes y lo que viene en otoño

La viróloga del CSIC cree que los rebrotes que estamos viendo actualmente por toda España, aunque están localizados, no están controlados, y es por ello que le causa preocupación de cara a lo que puede estar por venir. "No descarto que esto sea el inicio de una nueva oleada", nos cuenta, aunque también rompe una lanza a favor de la sensatez de la gente y el cumplimiento de las medidas de distancia física e higiene personal.

Además, para el otoño perderemos, según Del Val, un valioso aliado como es el espacio al aire libre, por lo que recomienda a la gente, y sobre todo a los más mayores, salir a la calle y disfrutar, con precaución, del exterior, por lo que pueda pasar cuando vuelva de nuevo el frío y las aglomeraciones en espacios cerrados.

La burocracia de la investigación

Una de las principales quejas de los científicos, abanderadas en redes sociales por López-Collazo, es la multitud de trabas burocráticas que tienen que pasar los laboratorios para poder acceder a financiación primero y justificar al céntimo cada gasto después.

En este sentido, Del Val coincide: "La burocracia está realmente estrangulando la creatividad, la motivación y las ganas de seguir que hay en investigación en España", se queja.

El papel de los jóvenes

El brote de coronavirus que ha habido en A Mariña de Lugo y que tiene a la zona confinada ha demostrado una creencia: la disminución de la edad media de los pacientes que están afectados por la COVID-19. Por ello, los jóvenes vuelven a tener un papel fundamental en el control de esta enfermedad porque aunque no tengan síntomas graves en la mayor de las ocasiones, sí que pueden ser vectores de contagio al resto de la población.

A juicio de Del Val, este sector de la población no lo está viendo con el prisma adecuado: "Cuando tenemos un problema con la economía los que lo van a sufrir más no somos los que ya estamos establecidos, si no los más jóvenes, y esto debería hacerlos recapacitar un poco. La economía contagiada quienes más lo sufren son los jóvenes".