Las obras de Roald Dahl se reescriben para evitar lenguaje ofensivo entre críticas y acusaciones de censura

La literatura afronta en la actualidad un acalorado debate respecto de la reescritura de obras clásicas o publicadas hace décadas. Libros que, en sus nuevas ediciones, experimentan cambios para evitar ofensas y ser más inclusivas. Un dilema similar al que viven otras disciplinas, como la música o el cine, y hasta el humor y que enfrenta a dos posiciones: la contextualización y la adaptación de la obra original. El debate está de plena actualidad tras conocerse la noticia de que algunos de los títulos escritos por Roald Dahl sufrirán modificaciones al volver a publicarse, para evitar términos que puedan ser ofensivos.

Muchas de sus obras han poblado el imaginario colectivo de miles de niños durante décadas. 'Matilda', 'Charlie y la fábrica de chocolate', 'James y el melocotón gigante' o 'Las brujas' son solo algunos de sus cuentos y libros más conocidos. Su obra, en la que también hay poesía y literatura adulta, ha vendido unos 250 millones de ejemplares en todo el mundo, ha creado un universo y un estilo propio, y ha sido adaptada con éxito al cine, la televisión, el teatro y los musicales. El británico, fallecido en 1990, es uno de los grandes nombres de la historia de la literatura infantil.

Las obras de Roald Dahl se reescriben para ser "más inclusivas"

Ahora, Puffin, la editorial de sus libros, que posee los derechos sobre todas las obras infantiles de Roald, ha anunciado que aplicará "cientos de cambios" a los textos originales. Puffin, junto a la Roald Dahl Story Company han realizado las modificaciones de la mano de Inclusive Minds, un colectivo que busca que la literatura para niños sea más accesible e inclusiva. The Telegraph ha publicado una lista incluyendo parte de los cambios, y algunos ejemplos han tenido difusión también en redes sociales como Twitter.

En 'Charlie y la fábrica de chocolate', por ejemplo, se sustituyen términos como "gordo" por "enorme", así como se eliminan adjetivos como "feo" o "loco". Lo mismo ocurre en 'James y el melocotón gigante¡, donde la frase "la Tía Sponge, gorda y carnosa como una medusa” se cambia a "la tía Sponge, carnosa como una medusa" o "tenía una voz chirriante" pasará a ser "tenía una voz molesta", entre otros casos.

Buena parte de las modificaciones tienen que ver con la apariencia física de los personajes. Por ejemplo, en 'Las brujas', hay una frase en la que un personaje reprocha a otro tirar del pelo a las brujas para comprobar si llevan pelucas o son calvas (signo por el que se reconocen). La nueva redacción añade en la réplica: "Hay muchas otras razones por las que las mujeres pueden llevar pelucas y, desde luego, no hay nada malo en ello".

Pero, además, se cambian otros hábitos y rasgos de la personalidad de los personajes: Matilda ya no lee a Rudyard Kipling, sino a Jane Austen. Un personaje de 'Las brujas' que era cajera del supermercado es ahora una científica de primer nivel.

Lluvia de críticas por la adaptación de las obras de Roald Dahl para evitar ofensas

El intento por minimizar las posibles ofensas de los lectores ha generado disparidad de opiniones en redes sociales y también en el mundo editorial. Esencialmente, las posturas son dos. Por una parte, la de aquellos que están de acuerdo con la decisión de la reescritura, una táctica que, por otra parte, han experimentado ya libros infantiles y juveniles como los de Enid Blyton.

Por otra, la de aquellos que entienden que lo ideal sería dar un contexto a la obra original, estableciendo en la misma (como ha ocurrido con películas o series de televisión antiguas, como ‘Lo que el viento se llevó’, o series animadas de la Warner) que esta fue escrita en unas circunstancias concretas que hay que poner en perspectiva, pero sin sustituir el contenido primitivo de la misma. Es lo que han recomendado algunos usuarios en redes, y es el sentido de las palabras, por ejemplo, del literato Salman Rushdie, que ha dicho en su perfil de Twitter que de Dahl "no era un ángel, pero esta censura es absurda".

Como suele ocurrir en redes, ha habido también mucha polarización al respecto, con críticas muy vehementes respecto de la decisión sobre los textos del escritor inglés. Muchos comentarios alertando sobre las consecuencias de aplicar la denominada corrección política a obras del pasado, y comentarios negativos hablando de censura y asociando a la decisión con el conocido como movimiento 'woke'.