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Las vacaciones han terminado y comenzamos la cuesta de septiembre, marcada por la vuelta al cole y el considerable desembolso que supone. Este año además coincide con los altos precios y la inflación, lo que hace que el esfuerzo que tienen que hacer las familias sea mayor. Por esta razón, tener un método de ahorro siempre viene bien para no sucumbir en tiempos de crisis.
Según el Observatorio del Ahorro Familiar del Center for Insurance Research, cuatro de cada diez familias españolas tendría serios problemas para afrontar más de tres meses con sus ahorros, ante una caída sobrevenida de sus ingresos. Eso hace que sea más necesario aprender a gestionar correctamente tanto el presupuesto personal como el presupuesto familiar. En ese sentido, un interesante y sencillo método para lograr ahorros efectivos es el método de los cántaros.
Esta fórmula de ahorro es muy eficaz para evitar futuros problemas financieros, puesto que permite conseguir un colchón de ahorro con el que afrontar los gastos imprevistos que puedan surgir. Se trata de dividir en seis cántaros o recipientes que representan una esfera de la vida un porcentaje de nuestro presupuesto en función de la prioridad de cada elemento. Esta distribución te permitirá calcular el dinero que vas a desembolsar de antemano:
En este primer cántaro se deposita un 55% de los ingresos, siendo el más importante. Es decir, este dinero está destinado a los gastos diarios y a pagar los recibos. También debe cubrir los gastos de vivienda (el alquiler, el transporte, los impuestos y la comida).
Destina a este partida un 10% de tu presupuesto. Puedes gastarlo en compras que por lo general no haces, por ejemplo puedes comprar una botella de vino caro o ir a alguna parte el fin de semana. Usa este dinero como quieras, para darte gusto.
Aquí debes destinar también un 10%. Esta parte del presupuesto se destina a ahorrar cada mes y no debemos tocarla. Es lo que garantiza tu independencia económica futura. El dinero que está en este cántaro será usado para invertir y para la creación de fuentes pasivas de ingreso.
No debes gastar estos ahorros hasta que disfrutes de una gran solvencia económica. E incluso entonces solo deberías gastar el dinero fruto de las inversiones y las fuentes pasivas de ingreso, no los ahorros en sí mismos.
Este 10% está destinado a la educación y el crecimiento personal constante. Invertir bien es un modo muy bueno de guardar el dinero, y tú eres el activo más valioso. Gasta estos recursos para comprar libros o financiar cursos y seminarios. A la larga te compensará.
El 10% destinado a este tarro será utilizado en caso de ser necesaria alguna compra grande e imprevista, como puede ser un televisor de plasma, un frigorífico nuevo o una avería importante en tu vehículo. Es el equivalente a tu fondo de reserva y debe ser reaprovisionado constantemente.
Finalmente, destina un 5% para regalos de cumpleaños, bodas, comuniones y otras festividades. También puedes donarlo a la causa que más te guste.
En realidad, los cántaros más importantes son el de los gastos fijos y el ocio. Así, no siempre se tiene por qué utilizar el porcentaje destinado a los cántaros restantes. La cuantía sobrante se puede destinar al del ahorro, potenciando el mismo de forma considerable.