Políticos echando una cabezadita: un experto explica por qué no podemos evitar dormirnos

"Duermo mucho, pero cuando estoy despierto, estoy más despierto que usted". La cita, de Miguel de Unamuno salió a colación en enero de 2020 y la escribió el eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo. ¿El motivo? Le habían pillado echándose una 'cabezacita' en el Parlamento Europeo mientras uno de sus colegas intervenía. Pero su caso no es el único. El último en sumarse a esta lista ha sido Bill Clinton, que no pudo soportar despierto el discurso de investidura de Joe Biden y se dejó llevar por Morfeo. Hablamos con José Luis de Frutos, experto en trastornos del sueño, para que nos explique lo que ocurre en el organismo para que esto suceda en estas situaciones.

En primer lugar, el especialista nos lo deja claro: "Porque no les interesa". Pero, detrás de esta afirmación, se pueden esconder algunos trastornos que no son flor de un día, sino que se cultivan a lo largo de los años.

"Va en función siempre del estilo de vida, al margen de las posibles y casi seguras patologías concomitantes que tenga el sujeto, como pudiera ser la obesidad, problemas en el aparato respiratorio... En el caso de Clinton, además del aburrimiento, es muy posible que su estilo de vida en cuanto a su ejercicio físico o costumbres diarias no sean las más aconsejables. Si llevas un estilo de vida con costumbres ordenadas eso siempre va a favor de dormir bien", nos explica.

Un trastorno que va más allá de la simple cabezadita por aburrimiento o por haber dormido mal (o poco) la noche anterior es la narcolepsia. "Los que se quedan dormidos de repente, con cierta frecuencia, puede ser debido a un trastorno llamado narcolepsia. Eso no conlleva un sueño reparador, además", indica.

Para tratar este trastorno y otros derivados del sueño, De Frutos insiste en que al final hay que hacer una radiografía completa del estilo de vida de cada persona. "Un paciente que me vino a la consulta hace años porque había estado un conocido que estaba obeso y no dormía nada y quería que le hiciera lo mismo. Le hicimos una analítica y vimos que tenía una vida totalmente anárquica, que se sentaba y si quería se dormía, y eso afectaba en toda su rutina e incluso al trabajo. Por eso hay que ver al individuo desde muchos puntos que le puedan afectar, porque acabas abordando unos problemas secundarios que terminan afectando al sueño y solucionándolo".

"Es muy frecuente que personas muy mayores duerman perfectamente bien, porque han tenido un estilo de vida ordenada", dice De Frutos. "Además, haber tenido un sueño reparador va contra otras patologías, se les va ganando espacio a otros problemas. Hay quien decía que 'dormir era como estar muerto', pero para nada, todo lo contrario: es indispensable para estar sano", apunta.

Y, en ese sentido, cobra especial importancia la siesta. "Yo lo llamo el yoga español. Su propio nombre viene de sestear, a la sexta hora de estar despierto. Claro, luego también hay personas que están durmiendo todo el día. A esas personas hay que meterlas en una unidad del sueño para ver qué le pasa, cómo funciona su cerebro en ese sentido", dice.

"Hay de todo", continúa De Frutos. "La narcolepsia quizás es más en mujeres. La apnea obstructiva del sueño, el roncador típico, se da más en hombres, pero es todo general. Ahora ves a gente con sobrepeso y tiene apnea obstructiva. Le preguntas qué comen y resulta que se inflan a hamburguesas, bollería, etc., así que al final tienes que ordenarles la vida en la consulta".

"Es un poco arriesgado, porque si la reunión a la que tienes que ir te importa un pimiento, pues qué le vas a decir a esa persona. Si acaso que se tome un café, siempre que se pueda tomar, porque te pone en alerta un poco. Si vas a un sitio aburrido lo primero que tienes que hacer es mentalizarte de que no puedes dormirte, pero no puedes generalizar con consejos, porque la medicina es un arte y hay que ir paciente a paciente", concluye.