El aceite de oliva a precio de oro: ¿hay una verdadera crisis o están especulando?

La cesta de la compra se ha encarecido enormemente en los últimos años, marcados por la pandemia, las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania o por el cambio climático, que ha traído mayores sequías. Todo esto ha repercutido en lo que termina en nuestro plato a la hora de comer, y también en productos tan propios como el aceite de oliva virgen extra, que ha multiplicado su precio por tres, y en ocasiones por cuatro. ¿Qué ha pasado para que este producto llegue a costar hasta 13 euros por litro?

Los últimos datos señalan que en agosto el precio del aceite de oliva refinado se disparó un 52’5% con respecto al mismo mes en 2022, la mayor subida en 21 años, pero una subida que no es nueva y que se lleva produciendo bastante tiempo. “Antes de la guerra de Ucrania ya estaba produciéndose. Todo lo acontecido a partir de 2022 con la guerra lo ha agravado, pero uno de los motivos principales que explican la subida mes a mes es la sequía. Encadenar varias cosechas con escasez de agua repercute en los olivares y en su precio”, explica el profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC e investigador del grupo SUMAT Cristian Castillo.

La sequía es uno de los principales problemas que tiene España, solo en los que llevamos de 2023 las lluvias han sido un 17% por debajo del promedio registrado en los últimos 30 años. Sin embargo, no es lo único que está elevando el precio del aceite. “La subida de los precios de los fertilizantes ha afectado. El motivo es que, para la fabricación de estos fertilizantes sintéticos, se utiliza gas natural y, debido a su incremento de precios, ha acabado repercutiendo en el coste del producto final”, apunta Castillo.

Por su parte, los consumidores también han hecho una especie de “efecto acopio” ante la subida de precios que ha provocado “la compra masiva de los productos para almacenar en los hogares. Un incremento de la demanda repentino sin que la oferta pueda ajustarse que acaba afectando al precio del producto”.

No obstante, desde FACUA han señalado como una misma botella de aceite de oliva virgen extra puede costar un 45% más dependiendo del establecimiento donde se compre. "Es difícil determinar los motivos que provocan esas diferencias de precio, ya que son las distribuidoras las que acaban incrementándolo. Pero, por ejemplo, el envasado del producto (plástico o cristal), el lote de producción (anterior o posterior a cosechas con más sequía), etc., pueden contribuir a que el mismo producto en el punto de venta pueda tener un precio mayor", comenta el experto.

Ante esto, ¿dónde está la solución a la subida de los precios? ¿En importar aceite de oliva de otros países? "España es la principal productora de aceite de oliva del mundo, por lo que importar aceite de calidad similar nos saldría mucho más caro a los consumidores", descarta Castillo, que también señala que en este momento no hay peligro de desabastecimiento.

"El hecho de que una misma marca de aceite la vendan en un supermercado a un precio mucho más caro que en otro demuestra que unos quieren ganar más y otros menos, pero no se puede hacer nada, a menos que hubiese algún tipo de acuerdo por subir los precios a un precio común", explica Jorge Fernández, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC, experto en derecho del consumidor.

Por su parte, el aceite de oliva virgen extra español es más caro aquí que en otros países como Irlanda. ¿Cómo puede ser así? “En España la industria del aceite trabaja más a corto plazo. No se hacen compras por un periodo largo, sino por temporada, lo que provoca que tengamos más volatilidad en el precio y que, en casos como los problemas en las cosechas, se incremente. En el caso de Irlanda, las compras se hacen a largo plazo. Esto implica que se tenga un precio fijo y que se realicen pedidos masivos para cubrir esa necesidad. Entonces, aunque haya problemas en algunas cosechas, como el precio ya se cerró hace tiempo, debe mantenerse"